REUNIÓN DE CONSEJO PASTORAL

El pasado lunes 8 de marzo, día internacional de la mujer, Fr. Alfredo Olivera, administrador Parroquial de La Purísima convocó a una reunión a hs. 21 del Consejo Pastoral Parroquial. Contó con la presencia de varios integrantes de las comunidades: Capilla Santa Rita, Capilla Sagrado COrazón, Capilla San Francisco Solano, Capilla Nuestra Señora de la Merced, Capilla Nuestra Señora de Fatima, Capilla Virgen de la Peña, Capilla San Silvestre, Capilla Virgen de Itatí, Comunidad de Gruta San Cayetano y Comunidad Virgen de Urkupiña.
Se motivó a la comunidad a trabajar este año desde la "Comunión" y se largó las fechas para las celebraciones en cada comunidad y para Semana Santa.

Misa de envío a Maestros de Religión Decanato Norte

El viernes 5 de marzo a hs 20 en el templo Parroquial La Purísima se llevó a cabo la Santa Misa de Envío a los catequistas y Maestros de Religión de Escuelas Públicas y Confesionales del decanato Norte. Fue presidida por nuestro querido obispo Mons. Daniel Colombo y concelebrada por el Administrador Parroquial de la Purísima, Rvdo P. Fr. Alfredo Olivera. Acompañaron los seminaristas de la Diócesis, Luis Alberto, Carlos y Marcelo.
Hubo gran concurencia de catequistas provenientes de Salvador Maza, Aguaray, Tartagal y Mosconi. Además Monseñor Colombo bendijo a una joven que cumplía sus 15 años. En la homilía leyó unas Acentuaciones Pastorales para el Ciclo 2010 y al final se hizo entrega del Mandato Catequístico Escolar Ciclo Lectivo 2010.



ACENTUACIONES PASTORALES AL INICIO DEL CICLO LECTIVO 2010
en la Misa de Institución de Catequistas y Maestros de Religión
(Orán, 4.03.10; Tartagal, 5.03.10)

1. Naturaleza de la misión de la Iglesia
Estamos comenzando el ciclo lectivo y la entrega del mandato para enseñar Religión en las escuelas públicas y en nuestros institutos educativos, constituye una oportunidad muy importante para reflexionar sobre la misión evangelizadora de la Iglesia, no de una manera abstracta sino concreta y precisa a partir de la realidad de nuestra diócesis de Orán, sin prescindir del marco de referencia que nos ofrece la doctrina de la Iglesia.
Nuestra labor docente, y específicamente catequística, se fundamenta en la misión de enseñar que Cristo confió a los Apóstoles. Es la misma Iglesia, que bajo la guía del Espíritu Santo, hoy conducen Benedicto XVI y el Colegio de los Obispos en comunión con él. Cambian las épocas, surgen nuevos desafíos, pero la Iglesia de Cristo, lanzada al embate de las olas de la historia, está llamada a anunciar a su Señor, e invitar a todos y todas a formar parte del Reino. El conjunto de verdades de fe, la doctrina de la Iglesia, con sus distintos niveles de importancia y significación teológica, se presenta a los hombres y mujeres de cada tiempo de modo que las puedan comprender con la inteligencia de la fe, y adherir de corazón, consciente y libremente.




2. El mandato catequístico
Ahora bien, esta Iglesia de Cristo, presente en nuestra Diócesis de la Nueva Orán, los envía a desempeñar la misión de educar en la fe a través de la enseñanza de la Religión en las escuelas públicas y en los colegios católicos. Por ello, para que conste pública y formalmente este envío, como Obispo de la Nueva Orán les confiero el mandato catequístico. Llego a dar este paso informado por mis colaboradores más inmediatos: las supervisoras de Religión de las escuelas públicas y los responsables de los colegios diocesanos y religiosos. Pero además Uds. provienen de comunidades de nuestra diócesis, participan en su dinamismo vital, en sus celebraciones y actividades. Sus párrocos o responsables pastorales nos han informado oportunamente de dicha pertenencia consciente y constante, como requisito indispensable y como criterio orientador necesario de verificación permanente.
Se trata de un acto de confianza de la Iglesia, que en este momento los considera idóneos para la misión de enseñar. No es un cheque en blanco. Uds. deberán honrar esta confianza no sólo con sus enseñanzas sino con su ejemplo de vida. Por eso, no seremos nunca complacientes con las deficiencias doctrinales, la falta de coherencia de vida o el incumplimiento de las responsabilidades pedagógicas propias de la tarea. Por ello, es imprescindible la formación permanente. Pero sobre todo es muy necesaria, la vida sacramental que, fundada en la Palabra de Dios, vive la conversión-reconciliación a través del sacramento de la Penitencia, y se alimenta para el rigor del camino, con Cristo, el Pan de Vida. Necesitamos no sólo maestros de Religión o catequistas escolares sino testigos veraces de Cristo, llamados a transformar con Él, la historia humana con sus luces y sombras, en historia de salvación.





3. Los maestros de Religión en las escuelas públicas
Específicamente quiero referirme a la situación de los maestros de Religión, quienes llevan adelante una misión que cada año, es evaluada y considerada a la luz de la altísima responsabilidad que el Estado encomienda a la Iglesia. Se tienen en cuenta los diferentes elementos de juicio, sean pedagógicos o institucionales, los rendimientos específicos de cada año, las respuestas dadas desde la condición apostólica que la Iglesia les ha dado.
En el caso de los maestros de Religión, la Iglesia no es en modo alguno una dadora de trabajo, una empleadora. Presentamos a aquellos que consideramos idóneos para la misión de maestros de Religión para que el Estado los designe. No actuamos movidos por consideraciones humanas, privilegios o preferencias. El Estado nos pide la colaboración de discernir la capacidad de un hermano o hermana de nuestras comunidades para desempeñarse como maestro de Religión. En nuestro caso, como Iglesia, queremos garantizar que siempre estos hombres y mujeres de nuestro pueblo, sean consecuentes con esta confianza de la Iglesia. De otra manera, no renovaremos el mandato el año siguiente. Ningún funcionario político, religioso o gremial, ninguna otra autoridad humana, podrán hacernos torcer nuestra propia misión de preservar la calidad humana, docente y apostólica de los maestros de Religión. Les comparto esto para que a partir de ahora, tengan en claro desde qué perspectiva el Obispo cumple con su misión.


4. Los catequistas escolares de los colegios católicos
En el caso de los colegios católicos, delegamos en los representantes legales la elección de la persona adecuada para desempeñarse como catequista, con iguales exigencias que las que venimos pidiendo a los maestros de Religión de las escuelas públicas. Allí es muy importante la coherencia de la misma institución con los fines de la Iglesia para no ofrecer la riqueza más honda que poseemos como la parte de una suerte de combo educativo y nada más. La formación religiosa de nuestros colegios debe ser el motivo principalísimo de la elección educativa que hacen los padres y no una mera actividad piadosa agregada al resto de las incumbencias educativas, como quien escoge una afición artística o deportiva. Queremos que en nuestros colegios católicos la enseñanza de la Religión constituya una riqueza que motive no sólo la inscripción en la escuela sino, fundamentalmente, la participación en la vida de la Iglesia por parte de los alumnos y de sus familias.


5. Los contenidos de este año
Finalmente, queridas supervisoras, queridos representantes legales, queridos catequistas y maestros de Religión, los invito a considerar los contenidos que deberán incluir en sus planificaciones y actividades, respetando naturalmente la libertad religiosa y practicando escrupulosamente la tolerancia.
Se trata de dos objetivos pastorales que están presentes en nuestra vida pastoral como Diócesis. Los vengo señalando machaconamente en mis escritos pastorales pero ahora los vuelvo a considerar en este marco tan importante.

Las dimensiones vocacionales de la Vida
En primer lugar les quiero pedir que descubran y profundicen la dimensión vocacional de sus vidas como hombres y mujeres de este tiempo, como esposos y padres, como maestros y catequistas. Nuestra vida está llamada a responder a la invitación de Dios. Este Año Vocacional diocesano es para nosotros adultos, sacerdotes y catequistas, la oportunidad de revivir nuestro amor primero, nuestro fervor original, nuestra entrega inicial a Cristo y de rejuvenecer nuestra respuesta al servicio de su Reino.
Les pido sobre todo que ayuden a niños y jóvenes a considerar con generosidad el llamado de Dios en sus vidas y a descubrir que no se puede ser auténticamente feliz sin Dios, sin los hermanos, sin decir que sí a lo verdaderamente bueno y noble que el Señor ha hecho habitar en nuestros corazones, su aliento de Vida.
Preséntenles lo más completamente que puedan, las distintas posibilidades vocacionales del cristiano: como esposos, padres y madres, como consagrados y consagradas, como sacerdotes, como diáconos, como ministros de la Palabra y de la Comunión, catequistas, servidores de Cáritas… Pero también iluminen con sus clases, las otras áreas del obrar humano, con dimensiones también vocacionales muchas veces ignoradas en nuestras predicaciones, como son la vida social y política. Necesitamos de jóvenes decididos a estudiar y formarse para trabajar en estos sectores de la comunidad, y queremos acompañarlos para que no estén solos ni solas en ello.

Formamos parte de una Iglesia presente en una realidad multicultural
Hay un segundo acento o contenido que no deberá faltar en sus planificaciones. Este año, nuestra diócesis se ha planteado la vivencia concreta del tercer objetivo específico del Plan Pastoral: Promover el diálogo y el respeto mutuo asumiendo la diversidad de los pueblos y culturas de nuestra comunidad diocesana.
Como educadores y educadoras cristianos, les pido que procuren con todas sus energías reconocer y celebrar las diferencias culturales que, en vez de alejarnos, constituyen la oportunidad de ser el único Pueblo de Dios, peregrino en la Nueva Orán. Interésense por tender puentes entre sus alumnos, provenientes de distintas culturas y pueblos, para que aprendan a dialogar, a escucharse unos a otros, aprovechando las oportunidades del calendario (por ej. la Semana del Aborigen o las Fiestas Patrias).
No dejen pasar sin corregir con prudencia y persuasión, aquellas expresiones del lenguaje corriente que puedan constituir ofensas o discriminaciones inaceptables. Para ello, cuídense primero Uds. mismos de incurrir en ellas, revisen sus propios criterios de valoración y sean exigentes en la conversión de aquellas discriminaciones que los alejen de sus niños y jóvenes. Un maestro o maestra de Religión, un catequista, es un hombre o mujer de corazón abierto, sabedor feliz que Cristo ha resucitado para todos y en Él nos ha llamado a ser hombres y mujeres nuevos.



6. Conságralos en la Verdad, tu Palabra es verdad (Juan 17, 17)
Mis queridos hermanos y hermanas, concluyo compartiendo con Uds. las palabras de Jesús, de donde he tomado mi lema episcopal. Los invito a vivir apasionadamente esta pertenencia a la Iglesia que los lleva a ser testigos de la Verdad, en sus comunidades educativas. Jesús, con su Vida y su Palabra, nos ha conmovido el corazón, nos ha llamado por nuestros nombres, nos ha escogido como sus enviados ante los hermanos y hermanas. Vivir esto con alegría y fidelidad nuestra misión de Catequistas y Maestros de Religión, es la respuesta de amor a Aquél que nos amó primero.
Les agradezco la dedicación de estos años, los esfuerzos por continuar formándose aún en realidades muy desfavorables económica y socialmente. No dejen de participar en los espacios de formación permanente que se ofrezcan a lo largo del año. Gracias por estar presentes allí donde muchas veces no llegamos con nuestras parroquias y capillas. Que el Señor los bendiga y haga fructíferas todas las acciones que en su nombre realicen este año.
En San Ramón de la Nueva Orán, el 1º de marzo de 2010.


+ Marcelo Daniel Colombo
Padre Obispo de la Nueva Orán





INFORME DEL ENCUENTRO EN EL DECANATO ORÁN

(13/02/2010)
LUGAR DE ENCUENTRO: MICROCINE DE HIPÓLITO YRIGOYEN

* El grupo de Pastoral Juvenil Diocesana llegó a la ciudad de Hipólito Yrigoyen a las 08:30 Hs a las instalaciones del centro comercial de Hipólito Yrigoyen.
* A las 9:30 Hs, se comenzó la recepción, llegaron para participar jóvenes de las localidades de Orán (10 de la Pquia. Catedral, 4 de la Pquia. Ntra. Sra. Del Valle, 3 de la Pquia. San José, 3 de la Pquia Santa Teresita y 0 de la Pquia San Antonio) y de Hipólito Yrigoyen (9 de la Pquia Ntra. Sra. de la Asunción al Cielo). También nos acompañaron, Nuestro Obispo Marcelo Colombo, el Padre Rubén y el Padre Carmelo.
* A las 10:35 Hs se comenzó con el trabajo, presentando el tema “EL AMOR” mediante la proclamación de la Palabra (1 Cor. 13, 4 – 13) se les proyecto una serie de videos y se dio una charla sobre el tema en cuestión.
* A las 11:00 Hs se los dividió en grupos para trabajar con la letra de una canción, en donde se comparó lo escrito por el autor de esta canción y las imágenes que muestra el video de ella, con el texto de San Pablo, utilizando preguntas disparadoras para el dialogo, produciéndose un debate de grupo interesante en el cual se pudo apreciar que como a todos nosotros aquí también como en los otros decanatos, Cristianos Adultos y Jóvenes Católicos, nos resulta muy difícil hablar sobre el Amor de Dios que se refleja en nosotros y hacia los demás, de tal manera que esta charla de grupos nos llevó cerca de dos horas, pero que a la hora de la puesta en común salieron reflexiones como las que pasamos a detallar:
-Lucia- Virgen del Valle -“Charlamos de cosas personales, el amor es vivir disfrutar el momento, depende de cuanto mas podemos vamos a vivir y seguir viviendo, pero nos damos cuenta que el Amor es por donde encontramos el sentido de la vida, de nada sirve vivir sin Amor, debemos ponerle sentido”.
-Asunción al Cielo- “El Amor se relaciona con la vida, es una razón para vivir, se nace con Amor y se acrecienta ese Amor en nosotros y en los demás”.
-Virgen del Valle – “Compartimos diferentes situaciones pero con los seminaristas compartimos que vivimos diferentes tipos de amor, el de los padres, hijos, etc.…” “El Amor de Dios nos ayuda a confiar y nos sentimos seguros y eso es lo que nos hace vivir, en el amor se sufre, pero hay que saber seguir, como Jesús, nos Amó, sufrió y entregó su vida por nosotros y nos dio vida; compartimos las misiones que hacemos, porque los niños a quien misionamos nos dan lecciones. El Amor es una Gracia y hay que vivirla, hay que perdonar, brindar diferentes servicios, diferentes formas de Amar”.
-Ramón- Virgen del Valle- “Compartimos bastante, vivimos cosas personales, el amor cuando es algo lindo esta bien, pero cuando algo nos cuesta, a veces nos pide renuncias, ejemplo: un noviazgo porque los padres no quieren y hay que renunciar a ese amor, ese es un amor a los padres”.
-Lidia – “El amor tiene que doler para saber lo que es poder amar, el Amor es uno, solo que lo demostramos de diferentes maneras, quienes nos enseñan a amar son nuestros padres, nuestros amigos, lo grande que hicimos es ingresar en un retiro, los encuentros, luchar por ese Amor y por lograr sentirlo”.
-Iván- Asunción al Cielo- “Se vio el tema de misionar y no solo hablamos de hablar de una lectura en diferentes lugares, nos sorprende cuando la gente opina y hablan de cosas que les chocan o nos relacionan con ellos o no. Y con respecto a quien nos enseñó a amar hablamos del amor de los padres, el sacrificio de ellos para nosotros, los chicos allí aprenden a querer despacio, para adelante, amando”.
-Catedral- “Hay tres amores, el de Dios, a nosotros mismos y al prójimo, es mas grande, un sentimiento, es soportar, dar todo”.
-Virgen del Valle- “El amor tiene cosas lindas y tiene que siempre estar presente Dios, es hermoso. Tiene virtudes: Escuchar, dar ánimo, estar disponibles”.
-Fabiana- “Muchos dijeron que lo vivieron en los grupos juveniles, se encuentra a Dios y encontramos el Amor de Dios. Les pido que así como nosotros conocimos el Amor, hagamos que otros lo conozcan; busquemos a los que dejaron el grupo, busquemos actividades en nuestras fiestas patronales, no dejemos de hacer las adoraciones, hagamos encuentros para los de confirmación, charlas en los colegios, encuentros con ellos, hagamos cosas de jóvenes como para que llamemos la atención de ellos para que se acerquen a Cristo”.
-Monseñor Marcelo- “Pensé en los videos, bien seleccionados; el 1°: Lo que decían ahora es lo que mostraba el video, no tanto la letra. El 2°: Me emocionó, con su vida se hizo presente el Amor, el Amor significa esto, tender puentes, formar redes. El 3°: Sentí la expresión de un amigo que pasa por lo mismo. A veces corremos el riesgo de idealizar el amor, en la homilía el cura tiene que hacerlo. Seguros de que la vida tiene limites y hay que convivir con ellos. Se aprende a amar en la medida que nos vamos desprendiendo del amor adolescente. Los grupos deben ser un lugar de acogida, de maduración, los grupos pueden ser escuelas de aprendizaje, son un medio, no un fin. Hay grupos que si se alargan son muy ombligistas, uno y uno solo; en la medida que se va madurando es algo más que hablar de uno mismo. No busque tener grupos puros, sino salir al encuentro de pibes con problemas, a veces debemos dejarnos contaminar un poquito, cuando un grupo esta lo bastante maduro puede hacerlo sin dejarse contaminar, así se aprecia lo bueno y así vale la pena, porque podemos idealizar el amor, es un riesgo el amor no solo es negro y blanco, también tiene grises, a veces te equivocas, sos absorbente, egoísta, etc.
Les digo sigan adelante, hay una referencia de Dios en todos, son buenos, la elección tiene que ver con ese Amor a Dios
”.
David Ponce: “Es importante enriquecernos con lo que decimos y así con este Amor construir los grupos, a veces nos quejamos mucho, debemos ser diócesis de verdad y salir al encuentro, la Iglesia es una sola, que podamos tener Adoraciones al Santísimo, encuentros en los lugares alejados como Morillo por ejemplo, muchas veces esperamos que todo se nos de, pero también hay que salir a buscar y poner las manos en el barro y comenzar a trabajar, por los grupos, vendiendo empanadas, haciendo pan, para bancarnos solos y que eso que juntemos nos ayude para poder salir, como dije en los otros decanatos: QUE ESTE AMOR DE DIOS EN NOSOTROS NOS AYUDE A CONSTRUIR UNA JUVENTUD DIOCESANA UNIDA”.
* A las 14:00 Hs almorzamos.
* A las 15:00 Hs compartimos el segundo tema “La Vocación”, pequeña charla y videos de las vocaciones, en donde contamos con el testimonio de los cuatro Seminaristas que nos acompañaron.
* A las 16:00 se separaron por grupo y se unieron por parroquia para sugerir actividades en sus parroquias o capillas y eventos diocesanos, también se conformó la comisión de Pastoral Juvenil del Decanato Norte quedando de esta forma:
* Formar líderes para coordinar grupos juveniles. Afianzar la identidad (Carisma) de los grupos juveniles. Realizar una misión Mariana en Julio en el contexto de la peregrinación. Organizar retiros espirituales para crecer interiormente. Jornadas deportivas de integración juvenil. Películas para jóvenes. (Santa Teresita).
* (A nivel decanato) Adoraciones y convivencias alternadas (Últimos sábados y jueves del mes). Misión una vez al año como decanato en algún pueblo a elección, olimpiada juvenil una vez al año. Encuentro de formación para animadores dos veces al año, encuentros vocacionales una vez al mes. Encuentros de formación para novios una vez al año. Organizar la Pascua joven. (A nivel Diocesano) Jornada de la Juventud en Hipólito Yrigoyen. Jornada de oración por las Vocaciones en Tartagal. (Virgen del Valle).
* (A nivel parroquial) Vigilia. Retiro “Empujados por el viento”. Retiros para los 3° de Polimodal. Jornadas de evangelización en San Ramón contando con la ayuda de otras parroquias. Navidad con los niños. Encuentros con los chicos de confirmación. Retiros prejuveniles “Cantando junto a Jesús”. (A nivel decanato) Crear un retiro juvenil para los integrantes de los grupos. Adoraciones al Santísimo por decanato. (A nivel diocesano) Peregrinación Mariana Juvenil. Campexpo, es un encuentro en donde las parroquias exponen sus carismas. (Catedral).
* (A nivel parroquial) pedimos colaboración a la pastoral juvenil en el encuentro misionero que realiza nuestra parroquia en el mes de Octubre. Que se lleve el objetivo de la pastoral juvenil a la parroquia a través de jornadas. (A nivel decanato) Convivencias interparroquiales para intercambiar ideas. Adoraciones al Santísimo una vez por mes en las Parroquias. Cursos de formación para animadores. Que vuelva el Campexpo. Misiones por decanato de los grupos juveniles. Visitar a las parroquias para ver las necesidades. (A nivel diocesano) Crear una pagina Web de la Pastoral Juvenil para que los grupos estemos informados y comunicados en donde encontremos material de formación para los grupos juveniles. Una mejor coordinación, animación y organización para la Peregrinación Mariana. (San José).
* Campamentos por decanato. Vigilia diocesana para la festividad de San Ramón. Para Cuaresma Viacrucis en cada parroquia por decanato. Adoración diocesana para jueves Santo unidos por la oración en cada parroquia. Charlas de formación para los grupos juveniles en cada parroquia. Vigilia pascual el sábado Santo esperando la resurrección del Señor en los decanatos proyectando videos que ayuden y acompañen en la espera. Jornada diocesana en el camping la Loma. Campañas solidarias para chicos de establecimientos que necesiten hacerlo por decanato. Armar un coro para fechas importantes como ser la peregrinación Mariana o Fiesta de San Ramón. Encuentros interparroquiales, descentralizar las actividades (trabajar con el interior de la Diócesis). Exigir el acompañamiento y formación de los grupos juveniles. Misiones por decanato. Encuentros trimestrales evaluativos. Generar con nuestras actividades compromiso social.(Asunción al Cielo)
A las 18:00 Hs concluimos invitando a todos los participantes a una pequeña celebración de la palabra en donde se invito a agradecer y asumir este nuevo compromiso y entregando un presente con el lema de este año “Joven…la verdadera Vocación es el Amor”. Concluyendo con un abrazo dándonos el saludo de paz.

Nota: Contemplando el pedido de los jóvenes, tan amplio y tan rico en carismas con los que cuenta nuestra Diócesis, esta planificación, que a la vez fue un tenue relevamiento de lo que tenemos y con que contamos, puedo decir que nos transmite, alienta y nos da mucha Esperanza, la Juventud de la Diócesis de la Nueva Orán esta más que viva y con unas enormes ganas de ponerse a trabajar…ha sido difícil esta planificación, teniendo en cuenta la ausencia de muchos Sacerdotes por sus merecidas vacaciones, con la alegría de saber que al volver de ellas, se sumarán a la propuesta de esta Pastoral de la Juventud aportando sus carismas a favor de la Iglesia. Para que mostremos entre todos y a toda nuestra Diócesis el Mensaje Salvífico de Cristo nuestro Señor. Fue muy importante y valioso el acompañamiento de nuestro Obispo Marcelo, el de los Sacerdotes que nos acompañaron, Padre Juan José Manzano, Padre David Costilla, Padre Jorge Díaz, Padre Sergio Almarza, Padre Carmelo Illesca, Padre Rubén Gutiérrez, Padre Marcelo Tobar; También fue enriquecedor el aporte de todos los Seminaristas ya que participaron todos según su decanato y en especial a la Hermana Mary de Gral. Mosconi. Sin ellos hubiera sido difícil transmitir el lema con el cual estamos trabajando este año en particular “Joven...la verdadera Vocación es el Amor“. Recién comenzamos a construir, sujetos al Amor de Dios que nos asistió en todo momento, salimos al encuentro. En el encuentro de las Pastorales, Monseñor pidió que hablemos de cuales eran los ladrillos y cuales los huecos que tiene nuestra pared diocesana, y si bien coincidimos todas las pastorales en que los ladrillos somos todos, junto con las cosas buenas y los carismas, también nos dimos cuenta que hay muchos huecos que dejaron, los alejados, los errores nuestros, las cosas que dejamos de hacer, etc.…pero a pesar de todo aquello nosotros apostamos a juntar los ladrillos porque sabemos de que cuando se caen quedan al pie de la pared y este es nuestro “GRAN DESAFÍO, NUESTRA GRAN ESPERANZA”.
Roque David Ponce
Coordinador de Pastoral Juvenil

INFORME DEL ENCUENTRO EN EL DECANATO SUR

(06/02/2010)
LUGAR DE ENCUENTRO: SALÓN DE LA PARROQUIA SAN ROQUE


* El grupo de Pastoral Juvenil Diocesana llegó a la ciudad de Embarcación a las 08:30 Hs a las instalaciones del salón de la Parroquia San Roque, estuvimos esperando hasta las 10:15 que nos abrieran el lugar, esperando en la plaza frente a la Parroquia, junto al Padre Jorge Díaz con sus jóvenes de Morillo, los jóvenes de Urundel y los jóvenes de Pichanal.
* A las 10:40 Hs, se comenzó la recepción, esperando que llegue algún joven de Embarcación, llegaron para participar jóvenes de las localidades de Morillo (4 de la Pquia. San Lorenzo acompañados del Padre Jorge), de Urundel (2 de la vicaria del Señor y Virgen del Milagro), de Pichanal (6 de la Pquia San Jorge ) y luego a las 11: 15 se sumo el único joven de Embarcación Moisés Montaño de la Pquia. San Roque.
* A las 10:50 Hs se comenzó con el trabajo, presentando el tema “EL AMOR” mediante la proclamación de la Palabra (1 Cor. 13, 4 – 13) se les proyecto una serie de videos y se dio una charla sobre el tema en cuestión.
* A las 11:10 Hs se los dividió en grupos para trabajar con la letra de una canción, en donde se comparó lo escrito por el autor de esta canción y el video de ella, y el texto de San Pablo, produciéndose un debate de grupo interesante en el cual se pudo apreciar que como a todos nosotros, Cristianos Adultos y Jóvenes Católicos nos es muy difícil hablar sobre el Amor de Dios que se refleja en nosotros y hacia los demás, de tal manera que esta charla de grupos nos llevó dos horas y media, pero que a la hora de la puesta en común salieron reflexiones como las que pasamos a detallar:
-Cecilia de Urundel: “Estuve mucho tiempo alejada de toda actividad, el padre Marcelo Tobar me insistió venir junto con mi hermana, y este compartir en el grupo me hizo dar cuenta de que debo comprometerme de nuevo, y me hace dar cuenta también como nos cuesta hablar y comprender el Amor de Dios, me hizo bien venir”.
-Anabel de Urundel: “Me sentía grande de edad para estas cosas, pero viéndolo ahora y teniendo en cuento lo desconectado que estamos de todo lo diocesano, este compartir me trae esperanza y renueva el compromiso de poder acompañar al padre Marcelo a tratar de recomponernos y acoplarnos a la diócesis, este Amor del que hablamos nos va a ayudar a caminar de nuevo”.
-Moisés de Embarcación: “Primero siento vergüenza de ser el único de mi ciudad siendo los anfitriones de este encuentro, pero han surgido muchos problemas del grupo de jóvenes que primero se pelearon con el padre Elio Cruz y después se pelearon con los adultos porque nos querían manejar, hoy solo venimos 4 chicos a la parroquia, pero este tema y lo que compartimos me da fuerza para seguir insistiendo y tratar de juntar a los chicos de nuevo y se que no estoy solo porque se que también están ustedes”.
-Mario de Pichanal: “Como nos cuesta hablar del Amor, pero este compartir nos enseña que debemos estar mas unidos a Él en la Adoración al Santísimo, si lo hacemos nos dará la fuerza para buscar a otros jóvenes”.
-Iris de Morillo: “La verdad es que pensé que iba a aburrirme, antes estábamos todos en la parroquia éramos mas de 30 chicos y muchos comenzaron una nueva etapa en su vida y fueron dejando el grupo, hoy son 6 o 7 los que van a veces, nos falta continuidad, pero compartiendo este tema aquí, me fuerza para que los que estamos en la parroquia salgamos a buscar a los demás y reconstruir el grupo, para acompañar también al padre Jorge que tanto nos ayuda, mas con esta iniciativa de que la pastoral intenta unirnos a todos, da ganas y nos motiva, ojala que lo consigamos y no quede este solo en este encuentro, mas para nosotros que estamos tan lejos”.
* A las 14:30 Almorzamos.
* A las 16:00 Hs compartimos el segundo tema “La Vocación”, pequeña charla y videos de las vocaciones, en donde contamos con el testimonio de los seminaristas Marcelo Hermidas y Rodrigo Barreto y el testimonio del padre Jorge Díaz.
* A las 16:30 se sentaron en círculo para sugerir actividades en sus parroquias o capillas y eventos diocesanos, también se conformó la comisión de Pastoral Juvenil del Decanato Norte quedando de esta forma:
* Talleres para jóvenes, peregrinación en la zona, convivencia. (Morillo).
* Adoraciones al Santísimo por decanato.
* Armar encuentros entre las parroquias de todas las localidades para conocernos y organizarnos.
* Cine debate, con películas sobre la vida de los santos o temas de actualidad que provoquen el dialogo y el debate.
* Contar todos los grupos con el mismo material formativo, sin cartillas porque los chicos se aburren.
* Trabajos interparroquiales a nivel de decanato, visitar las parroquias.
* Misiones a nivel diocesano o de decanato de los grupos juveniles.
A las 17:00 Hs concluimos invitando a todos los participantes a una pequeña celebración de la palabra en donde se invito a agradecer y asumir este nuevo compromiso y entregando un presente con el lema de este año “Joven…la verdadera Vocación es el Amor”, contando también con las palabras y seguida bendición del padre Jorge Díaz el cual nos alentó a seguir y no bajar los brazos.

INFORME DEL ENCUENTRO EN EL DECANATO NORTE (30/01/2010)

LUGAR DE ENCUENTRO: CARITAS DE LA PARROQUIA SANTA CRUZ

* El grupo de Pastoral Juvenil Diocesana llegó a la ciudad de Tartagal a las 08:30 Hs a las instalaciones de Caritas de la Parroquia Santa Cruz.
* A las 9:00 Hs, se comenzó la recepción, llegaron para participar jóvenes de las localidades de Tartagal (14 de la Pquia. Santa Cruz de los cuales 7 son de la Capilla Santa Rosa y 14 de la Pquia. La Purísima), Gral. Mosconi (4 de la Pquia. Ntra. Sra. De Fátima) y Pocitos (12 de la Pquia Ntra. Sra. De Lujan).
* A las 10:00 Hs se comenzó con el trabajo, presentando el tema “EL AMOR” mediante la proclamación de la Palabra (1 Cor. 13, 4 – 13) se les proyecto una serie de videos y se dio una charla sobre el tema en cuestión.
* A las 11:00 Hs se los dividió en grupos para trabajar con la letra de una canción, en donde se comparó lo escrito por el autor de esta canción y el video de ella, y el texto de San Pablo, produciéndose un debate de grupo interesante en el cual se pudo apreciar que como a todos nosotros, Cristianos Adultos y Jóvenes Católicos nos es muy difícil hablar sobre el Amor de Dios que se refleja en nosotros y hacia los demás, de tal manera que esta charla de grupos nos llevó dos horas y media, pero que a la hora de la puesta en común salieron reflexiones como las que pasamos a detallar:
-Jesús – chico de la capilla Santa Rosa- relató su encuentro con un amigo suyo drogadicto que quiso robarle el celular, que después de un momento de tensión entre ambos, le arrebato el celular recuperándolo y luego lo abrazo diciéndole que rezaría por él, mientras este amigo salio corriendo, sorprendido por el afecto mostrado. Ante este testimonio nos decía que debemos empezar “Hoy” poniéndonos de ejemplo de quienes podemos hablar de Dios, continuo: “El que enseña también aprende, yo tengo amor en el corazón y puedo dar a los que están necesitados de Dios”.
-chicos de la Purísima: “Dios nos manda a amar a quien nos hizo daño, amor no es como un sentimiento, es decisión, buscar el amor como una elección, no como sentimientos destructivos y procurar el mal a quien me hizo daño”.
-Ale de la Purísima: “El amor es todo por cada minuto de la vida, hacernos perfectos en el amor, ha través de los dones podemos dar amor, amor es decidirme y enfrentar todo por amor”.
-Ramón- chico de la capilla Santa Rosa: Testimonio: “Crecí sin papá y siempre lo quise conocer y a través del amor pude perdonar a mi papá” “El amor todo lo puede”.
-Pocitos: “Es lindo compartir estas experiencias” “El amor es grande y todo lo puede perdonar” “Los primeros que nos enseñan a amar son los padres, los amigos, Jesús, el grupo juvenil” “Capacidad de ser pacientes, comprender, ayudar, nadie puede decir que amó sino pasó por eso”.
-Pquia. Santa Cruz: “Amor es darse, entregarse al otro, estar cuando el otro te necesita, sacrificarse, superar las dificultades
-Adultos de La Purísima: “Amor es felicidad, compartir, no mostrar indiferencia, paciencia, decisión, belleza, dar el tiempo con el otro, es estar con aquella persona que esta mal para aconsejarla y escucharla” “El Don que tenemos es la escucha, el compartir, sacrificarse, dar el tiempo a los que están en el alcohol, las drogas, etc…” “El amor es como el de los niños, el de su mirada y vamos aprendiendo, a través que vamos viviendo vamos encontrándole amor, el Amor de Dios” “Hermanos es ese Amor que no es pagado, que se regala, que se da, que nos enseña a dar nuestros dones”.
David Ponce: “Que sea este compartir, el punta pie para trabajar juntos, buscando a otros jóvenes y que sea ese Amor de Dios en nosotros el que nos ayude”.
Alicia Maschi: “Si el Amor al Prójimo no es Amor ¿Qué es Amor? Empecemos por lo pequeño”.
v A las 13:40 Hs almorzamos.
v A las 15:00 Hs compartimos el segundo tema “La Vocación”, pequeña charla y videos de las vocaciones, en donde contamos con el testimonio de la Hna. Mary de Mosconi, testimonio de 3 seminaristas y el testimonio del Padre Manzano.
A las 16:00 se separaron y se unieron por parroquia para sugerir actividades en sus parroquias o capillas y eventos diocesanos, también se conformó la comisión de Pastoral Juvenil del Decanato Norte quedando de esta forma:
INFORME (GRUPO “LA PURISIMA”)
2009
* SOLIDARIDAD – AYUDA EN CARITAS.
* MISIÓN-
-PASCUA – VISITA A LOS DAMNIFICADOS CON UNA ROSCA DE PASCUA.
-DIA DEL AMIGO – VISITA AL HOSPITAL CON REGALITOS Y ESCUCHA.
-MES DE MARÍA – MISIÓN EN EL CENTRO, REGALAMOS UNA ESTAMPA.
-COLABORAMOS EN LA CENA NAVIDEÑA ORGANIZADA EN CARITAS PARA LOS NIÑOS MÁS HUMILDES.
* CAMINATA MARIANA – CONVOCAMOS A JÓVENES.
* TRABAJAMOS PARA EL VIAJE A CORDOBA POR LOS 800 AÑOS DE LA ORDEN FRANCISCANA – “VIAJE CONCRETADO”.
v* COLABORAMOS CON EL ROSARIO Y ANIMACIÓN EN CANTO, EN LOS DIFERENTES BARRIOS DE LA PARROQUIA Y VIR5GEN DE LA PEÑA.


2010 OBJETIVOS:
* CHARLAS DE FORMACIÓN – DIAS VIERNES.
* REUNIONES MIERCOLES.
* CAMPAMENTO EN LA PURÍSIMA.
* MISIÓN EN EL MES DE MARÍA DEL 8 DE NOVIEMBRE AL 8 DE DICIEMBRE.


RESPONSABLE DEL GRUPO – SONIA TORRES.
TEL: (03875) 15412031 – 424950.
INFORME PARROQUIA FATIMA (MOSCONI)
Nos dirigimos a ustedes a efectos a responder para formar parte de la PRE-planificación año 2010. y unidos al lema “Cristo fortaleza de jóvenes en la familia”.

Enero o febrero: 1-Sugerencias a nivel Diocesano.
Invitarlos a organizar un encuentro a nivel diocesano para formar a jóvenes a la animación de nuevos animadores y coordinadores de los grupos juveniles.

En nuestra comunidad

Enero: epifanía: visitar al Hogar de Niños en Vespucio, llevando regalos y representación de los reyes magos, y compartida.

Y cumplir con los eventos que nos toque a nivel parroquial y Diocesano durante el año 2010.

Febrero: Realizar compromisos viviendo el Cuaresma a nivel personal y grupal. Visitar el Hogar de Día, de los ancianos de General E Mosconi llevándole entretenimientos y charlas sobre cuaresma.

Marzo: Trabajar junto a la Catequesis al armado de ramos para compartir en un barrio destinado.
Visitar a las Escuelas con folletos de invitación para animar a jóvenes que tengan la confirmación para participar en el grupo juvenil.

Abril: Preparar a los jóvenes para las fiestas patronales.

Mayo: Participar de las fiestas patronales Ntra. Sra. de Fátima.

2-Sugerencia a nivel Diocesano.
Invitarlos a organizar para que les den una charla a Jóvenes de General E Mosconi o a nivel Diocesano el grupo de la Pastoral Juvenil Vocacional.

Junio: Corpus Christi, organizar Adoración al Santísimo organizado por los jóvenes invitando a jóvenes de nuestra comunidad. (Hacerla Diocesana)

Julio: Día del Amigo preparar una Cantata en el espacio verde del Barrio Guemes promoviendo el Valor de la Amistad. Participar de la caminata Mariana hacia Oran.

Agosto: Nos unimos con otro grupo de nuestra comunidad para trabajar en los eventos referidos al día del niño con obsequios juegos y chocolate.

Septiembre: Organizamos el segundo evento “Aprendamos sobre Biblia” que es un mini concurso de Biblia con actividades deportivas en el complejo de General Mosconi. Este año Invitamos a nivel Diocesano.

Octubre: Organizar entrega de un librito “El Hogar Feliz” que habla sobre el valor de la familia Cristiana comprometiéndonos con el lema de este año “Cristo fortaleza de los jóvenes en la familia”.

Noviembre: Preparar a los jóvenes a un encuentro familiar con charlas sobre el valor de la familia y compartida a la canasta para realizarlo el primer sábado de diciembre. Invitarlos a los jóvenes que realizan la confirmación a integrarse al grupo juvenil con el folleto del Grupo Juvenil Discípulos de Jesús.

Diciembre: Nos preparamos para el adviento y organizamos el encuentro familiar con charlas sobre el valor de la familia compartida a la canasta cerrando el año 2010

Referente: Hna Mary -03875-482885- Gral. Mosconi- lidwin_mary@ yahoo.com
Párroco P. Roy Jacob
Coordinadora: Débora Carazan
Guía Espiritual: Hna Mery D Souza
Animadora: Elena Nora García
* Organizar un festival de música católica, incentivar al joven a conocer a Dios a través del canto, dinámicas y obras de teatro.
* Invitar a organizar un encuentro diocesano para formar jóvenes a la animación de los grupos juveniles.
* Charlas para los grupos juveniles de las parroquias.
* Campamentos, charlas reflexivas, concursos sobre aprendizaje bíblico, fogatas.
* Crear retiros espirituales más profundos.
* Mejorar los encuentros con más dinámicas y juegos que creen unión de los grupos juveniles.
* Implementar las Adoraciones al Santísimo por decanatos.
* Misiones diocesanas de los grupos juveniles en lugares alejados.
* Planificar una Navidad y pascua joven.
A las 17:00 Hs concluimos invitando a todos los participantes a una pequeña celebración de la palabra en donde se invito a agradecer y asumir este nuevo compromiso y entregando un presente con el lema de este año “Joven …la verdadera Vocación es el Amor”, contando también con la presencia de nuestro Obispo Diocesano Marcelo Colombo, dejándonos esta reflexión: “Siento muchísima alegría de encontrarlos hoy aquí a pesar del calor, pero pienso, cuantos jóvenes con corazón viejo, con un corazón endurecido, tristes, cuantos jóvenes sin corazón que están esperando que este mensaje de Amor llegue a sus corazones, es el desafío que debemos asumir al cual debemos decir si”.

Pastoral Juvenil Vocacional de la Diócesis de Orán

PASTORAL JUVENIL DIOCESANA VOCACIONAL 2010
LEMA: “Joven… la Verdadera Vocación es el Amor

Históricamente los jóvenes han sufrido de los excesos de una parte del mundo en general, desde la antigüedad hasta nuestros días, en materia de trabajo, política, derechos humanos, en definitiva como personas integrantes de una sociedad. En distintos momentos de la historia del mundo, personalidades de distintos niveles sociales, no han sabido o no han querido brindar esos espacios que la juventud requiere para poder trabajar desde su lugar y en su tiempo, en la construcción de la humanidad; en definitiva, en la construcción de ese gran Plan que Dios nos legó.
Nos dice el Documento de Puebla en el N° 1167: “La juventud no es sólo un grupo de personas de edad cronológica. Es también una actitud ante la vida, es una etapa no definitiva sino transitiva…” y en el N° 1168 nos dice que: “Un inconformismo que lo cuestiona todo; un espíritu de riesgo que la lleva a compromisos y situaciones radicales; una capacidad creativa con respuestas nuevas al mundo en cambio que aspira a mejorar siempre como signo de esperanza…”
Siempre y en distintas épocas los jóvenes fueron objeto para realizar tareas de fuerza propiamente dicha, sin importarle a una parte del mundo adulto, de la inteligencia de cada uno de ellos, ni tampoco de lo que su corazón inquieto marca a fuego en su interior.
Antes de proponerles líneas de actuación como respuesta a los problemas que atañen a nuestros jóvenes y alumnos en nuestras escuelas católicas y grupos juveniles, debemos entender que en el tema que nos ocupa estamos involucrados todos, porque todos debemos avocarnos a “la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar también a los fieles de este continente que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo” (Doc. Aparecida) desde el lugar que le compete a cada uno, para que los padres sean padres, los docentes mejores maestros, los sacerdotes sean una renovada visión de la Iglesia y la sociedad una comunidad más solidaria.-
Es en razón de ello, se necesita poner un plan integral en la formación de nuestros adolescentes para que toda su persona se vea iluminada por la luz de la fe en nuestro Señor, no tan solo en un plan escolar, sino, también a nivel pastoral diocesano y comunitario, dado que por el contrario, si solo buscamos imprimir en nuestros jóvenes, carácter evangélicos y no procedemos de igual modo en sus padres, maestros, profesores y otros estamentos de la comunidad, estaríamos haciendo tan solo la mitad del recorrido con las consabidas consecuencias ya conocidas marcadas por el individualismo.-
Don Bosco trabajó incansablemente en esta tarea de darles a los jóvenes una mejor oportunidad en aquellos tiempos de revolución industrial, haciendo del trabajo un camino de santidad para muchos, viendo en la persona de los jóvenes a Jesús enaltecido.
“La Buena Nueva de Cristo renueva continuamente la vida y la cultura del hombre caído; combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción, siempre amenazadora, del pecado. Purifica y eleva sin cesar las costumbres de los pueblos. Con las riquezas de lo Alto fecunda, consolida, completa y restaura en Cristo, como desde dentro, las bellezas y cualidades espirituales de cada pueblo o edad” (CIC N° 2527)
En estos tiempos que corren, pareciera que este mundo globalizado condena a la juventud a solo ser un número estadístico, un número y nada más. Esto hasta se ve en las parroquias, cada joven termina siendo usado o tenido en cuenta solo por lo que puede dar o hacer, como tareas de ornamentación, tareas en la cocina, tareas de limpieza, muy dignas todas, pero en muchos de los casos, pocas veces reconocido y valorado como tarea de servicio y entrega, lo que termina relegándolos a las tareas de poner, meter o sacar algo. Escasas veces se valora el aporte intelectual y casi no tienen posibilidad de que sus aportes se tomen en cuenta lealmente.
“El papel normal que juega la juventud en la sociedad es el de dinamizar el cuerpo social. Cuando los adultos no son auténticos, ni abiertos al dialogo con los jóvenes, impiden que el dinamismo creador del joven haga avanzar el cuerpo social. Al no verse tomados en serio, los jóvenes se dirigen por diversos caminos, o son acosados por diversas ideologías, especialmente las radicalizadas, ya que siendo sensibles a las mismas por su idealismo natural, no siempre tienen una preparación suficiente para un claro discernimiento, son indiferentes al sistema vigente o se acomodan a él con dificultad y pierden capacidad dinamizadora…” (DP N° 1170)
Es la plena adolescencia, la edad donde nuestros jóvenes van definiendo su personalidad conforme a lo sembrado anteriormente. Es un error encasillarlo definitivamente como “bueno” o "echado a perder". En él se acrecienta el interés por conocerse bien y, en algunos, hay un sincero deseo de corregir el camino. Se compara con los demás de manera más marcada, por lo que puede llevarle a un inicio de frustración personal si no ha sabido aceptarse.
No hay que dejarse engañar: aunque parezca adulto, tiene todas las inseguridades de un adolescente. Posee una gran riqueza de sentimientos aunque son inestables. Pierde bastante tiempo con la melancolía y el romanticismo. Tiene necesidad de verse estimado y de intimidad. En los diálogos con él hay que preocuparse sinceramente por sus intereses, valorar sus cualidades, proponerle una personalidad rica y atractiva de cara a su éxito personal y social. Más que nunca, hay que darse tiempo para escucharle cuando abre su mundo interior.
Es importante que el formador sepa encauzar para el bien todas las fuerzas del adolescente. No se trata de reprimir; así lo debe entender él y lo debe vivir en la práctica. Se le debe mostrar el inmenso horizonte de bien y de belleza que puede alcanzar para su propia vida y personalidad y en provecho de los que le rodean y de toda la humanidad.
En esta edad los problemas sexuales suelen ser más fuertes y de difícil solución. No hay que dejarse engañar por las apariencias: a veces se piensa que los más extrovertidos son los que peor están moralmente y no siempre es así. La influencia del ambiente negativo es muy fuerte: se siente presionado a hacer cosas inmorales y es fácilmente manipulable; al mismo tiempo que pierde el miedo a cometer algunos pecados. Por ello, es necesario que luche contra el hedonismo y el materialismo.
Es un volcán de efusividad y de ganas de vivir, aunque no se atreve a enfrentarse con su futuro. Siente que debe aprovechar al máximo cada segundo de su vida, no quiere que se le escape ningún momento, ni ninguna experiencia novedosa y excitante. Unos se abocarán a la extroversión social, buscarán el estar reunidos lo más posible con los amigos, las fiestas continuas, incluso entre semana. Otros se podrán encerrar en la nostalgia, la fantasía desmedida y la pasividad, no pocas veces fruto del cansancio típico que produce el autoerotismo.
Escuchamos no raras veces decir que el joven es el futuro, pero bien sabemos sin manifestarlo de que el joven es el presente, es hoy…Pero ¿Qué hacer? La Iglesia ve en la juventud una enorme fuerza renovadora, símbolo de la misma Iglesia. Esto lo hace por vocación y no por táctica, como dijo Juan Pablo II “Llamada a constante renovación de sí misma, o sea, a un incesante rejuvenecimiento” (Juan Pablo II, Alocución Juventud, 2. AAS LXXI, p. 218)
Nosotros estamos llamados a generar la apertura de nuevos y productivos caminos, para la inclusión social y eclesial, de éstos, nuestros jóvenes de hoy, primero generando lugares de encuentro en donde se puedan debatir y compartir las inquietudes, los inconvenientes, las voluntades, en definitiva la problemática propia del joven, dando un espacio genuino en donde cada uno se pueda expresar con total libertad para ser tenido en cuenta, un lugar en donde los valores estén presentes en todas direcciones. Este lugar de encuentro debe estar orientado a que el joven pueda descubrir, redescubrir y descubrirse como parte integral de esta sociedad y de esta Iglesia, declararse como persona capaz de superación, imagen y semejanza de Dios reflejada en el rostro, la compañía y el apoyo de otro joven que lo ayudará a vivir estos valores cristianos.
Se realizará mediante talleres de formación, capacitación y de autogestión; dando charlas y promoviendo encuentros en colegios, centros deportivos, clubes, centros vecinales o sociedades de fomento, en ámbitos parroquiales y diocesanos. “La juventud camina, aún sin darse cuenta, al encuentro de un Mesías, Cristo, quien camina hacia los jóvenes” (Cfr. Pablo VI). Sólo Él hace verdaderamente libre al joven. Este es el Cristo que debe ser presentado a los jóvenes como liberador integral (Cfr. Gál. 5, 1. 13; 4, 26. 31; 1 Cor. 7, 22; 2 Cor. 3, 17).
“La máxima realización de la existencia cristiana como un vivir trinitario de “hijos en el Hijo” nos es dada en la Virgen María quien por su fe (cf. Lc 1, 45) y obediencia a la voluntad de Dios (cf. Lc 1, 38), así como por su constante meditación de la Palabra y de las acciones de Jesús (cf. Lc 2, 19.51), es la discípula más perfecta del Señor. Interlocutora del Padre en su proyecto de enviar su Verbo al mundo para la salvación humana, María con su fe llega a ser el primer miembro de la comunidad de los creyentes en Cristo, y también se hace colaboradora en el renacimiento espiritual de los discípulos. Del Evangelio emerge su figura de mujer libre y fuerte, conscientemente orientada al verdadero seguimiento de Cristo. Ella ha vivido por entero toda la peregrinación de la fe como madre de Cristo y luego de los discípulos, sin que le fuera ahorrada la incomprensión y la búsqueda constante del proyecto del Padre. Alcanzó así a estar al pie de la cruz en una comunión profunda, para entrar plenamente en el misterio de la Alianza”. (Documento de Aparecida N° 267)
Al adolescente le atrae irresistiblemente la autenticidad de quien es capaz de vivir contra corriente un gran ideal. Es ahora cuando se empieza a descubrir el verdadero sentido y valor de la amistad; a encontrar y a apreciar a los amigos fieles. Por ello, es el momento propicio para presentarle a Cristo, como Amigo íntimo y fiel. Si el formador se lo ganó en las etapas anteriores, ahora será su mejor confidente y, poco a poco, podrá construir en él una rica personalidad y un alma siempre más generosa para con Dios.
Sus conversaciones son apasionadas y vivas; así también deben ser las conversaciones y los momentos de formación con él. Es necesario visualizarle experiencias fuertes de la vida que le hagan pensar, ya que ahora capta mejor cualquier tipo de reflexión y los valores abstractos de la justicia, la fidelidad, etc. Le gusta que se le hable como a personas mayores, que se le respete su opinión y se le rebata con argumentos.
Gracias a su mayor estabilidad y capacidad de interiorización, vive para grandes retos e ideales. El formador debe encauzar estos sueños, exigiéndole una responsabilidad mucho mayor de cara a la Iglesia. Por ello, es muy necesario presentarle una imagen renovada de su fe, para que lo vea como algo apropiado a su edad; y el secreto para lograrlo es, sin duda, ofreciéndole un apostolado de envergadura y una atención personal mucho más continua y esmerada. Además, es clave también la figura de un responsable de equipo que sea líder humano o social y un modelo de vida cristiana.
El enfriamiento espiritual puede ser definitivo, llegando incluso a culpar a Dios por no darle la fuerza para superar las caídas. Por tanto, es necesario infundirle la confianza cristiana y la necesidad de la frecuencia sacramental (se puede recuperar lo que se perdió en la crisis de la etapa anterior). No le gusta que se le impongan las cosas, por ello hay que cuidar mucho la forma de presentarle sus obligaciones religiosas y la Voluntad de Dios, como lo mejor que puede elegir y lo que más realiza su libertad, para lo cual la Fe y la Esperanza debe estar presente en todos los planos de su persona con una:

I. Formación Intelectual

Desarrollo de habilidades mentales:
Donde el adolescente profundice y valore su fe y la moral católica, al compararlas con otras doctrinas y estilos de vida; que se ejercite en la transmisión de los conocimientos adquiridos.
Para que a esta edad adquiera progresivamente un mayor grado de madurez en sus reflexiones, sea menos impulsivo, más realista y más objetivo en sus juicios.

II. Formación Espiritual

a) Amor a Jesucristo:
Se buscará que los jóvenes descubran a Jesucristo como el Amigo que dio la vida por él y que está esperando su correspondencia.
Para ello el formador tiene que hacer todo lo posible para ayudarle a que tenga experiencias fuertes de Jesucristo (retiros espirituales exigentes y a crear, misiones, etc.); ya que, en esta edad, empieza a entender lo que es la amistad, pero a la vez, se vuelve frío ante lo religioso por haber crecido y por verlo como algo propio de niños.

b) Oración, sacramentos y vida de gracia:
Se buscará que los jóvenes conciban su relación con Dios como una respuesta al amor que Él le tiene; Cristo es el Amigo que nunca le falla y al que no le debe fallar nunca.
Sean concientes de que tienen que colaborar necesariamente para fortalecerse en su oración, en su vida sacramental; cultive la virtud teologal de la esperanza, para que esté cierto de que Dios le dará los medios necesarios para salvarse, que nunca será tentado por encima de sus fuerzas y que en cada momento cuenta con la ayuda de Dios.
Que logre una amistad y confianza absolutas con su director espiritual, para ir superando sus caídas en el campo moral. La función del director como confidente y amigo será clave (más aún que sus padres) en este aspecto. El formador provocará la confianza hablando con claridad y serenidad sobre estos temas en conferencias; ya que, en esta edad, está expuesto a peligros más graves: alcohol, sexo, drogas, espectáculos, etc. Las pasiones no encauzadas se empiezan a convertir en vicio. Manifiesta desinterés en su vida interior y sufre la influencia del ambiente que le rodea, que suele ser agresivo en lo moral y lo religioso. ¡La amistad con Cristo es la perla preciosa por la que se vende todo!

c) Voluntad de Dios:
Se buscará que el adolescente sea consciente de que para ser fiel a la Voluntad de Dios necesita obedecer fielmente a todo lo que le pide Cristo Amigo, a través de su conciencia y de sus directores. De manera tal que, en esta edad, el adolescente sea más racional, más consciente de sus actos y, por eso, puede ser también más calculador. ¡La verdadera amistad está en la unión de voluntades!

d) Amor a la Virgen:
Se buscará que el joven fortalezca y descubra en la Santísima Virgen el modelo perfecto de mujer y experimente que no hay amor más tierno, más puro y más cercano que el de María. Puesto que, en esta edad, empieza a entender la necesidad del afecto complementario de una mujer, puede entender mejor el papel de la Virgen en su vida.

e) Amor a la Iglesia y a las almas:
Se buscará que el adolescente resuelva sus dudas de fe y encuentre los motivos para defenderla, gracias a la ayuda de su formador; ya que, en esta edad, racionaliza sus relaciones con la Iglesia, motivado por su pereza y egoísmo.

III. Formación Humana

a) Formación de la conciencia:
Se buscará que el joven valore que, está llamado a ser líder en la conquista de sí mismo para llevar a los demás hacia Cristo. Para ello el formador debe ayudarle a desenmascarar los antimodelos que el mundo propone como modelos; ya que, en esta edad, el adolescente es fácilmente manipulable por el grupo y se deja llevar por el respeto humano. Va perdiendo el miedo a cometer algunos pecados, y le cuesta más la generosidad y el sacrificio que implica el ser fiel a su conciencia.
¡“Mi conciencia no la van ha controlar los falsos profetas”!

b) Formación de la voluntad:
Se buscará que el adolescente ejercite su capacidad de sacrificio por amor a Jesucristo, aun en cosas lícitas.
Puesto que, en esta edad, se siente muy atacado por la pereza, el miedo al sacrificio, la falta de voluntad y el ambiente del grupo, por el que se deja llevar: conversaciones, chistes, tabaco, películas, etc. ¡El ambiente no domina a los hombres auténticos!

c) Formación del carácter:
Se buscará que los jóvenes conozcan los factores que intervienen en su temperamento y el modo de enriquecerlos; que acepte por sí mismo los valores e ideas que lo guiarán durante toda su vida, teniendo presente que tiene que ser un líder cristiano: que sabe a dónde va y que es capaz de afrontar con garbo los retos que se le presentan y de influir positivamente en los demás. Puesto que, en esta edad, tiene un gran interés en conocer su temperamento y personalidad y va definiendo su carácter, sus valores y sus ideas.
¡“Si yo no me formo, nadie lo hará por mí”!

d) Formación de las virtudes humanas:
Se buscará que el adolescente reafirme su capacidad de sacrificio, motivado por el ideal de Cristo y por la urgencia de la misión; y aprenda a valorarse a sí mismo por lo que es (sus virtudes, su generosidad, su fortaleza, etc.) y no por lo que tiene o por lo que los demás piensen de él.
Para ello el formador debe presentarle las virtudes de modo vivo y atractivo, encarnadas en modelos de vida; ya que al adolescente, en esta edad, le afecta fuertemente el hedonismo y el materialismo del ambiente.

e) Formación en el liderazgo:
Se buscará que el adolescente perciba la necesidad de formarse líder cristiano de cara a la misión que Dios ha puesto en sus manos, teniendo en cuenta que existen diversos tipos de liderazgo, que esté en una actitud de constante crecimiento y maduración, impulsado por el deseo de conquistar metas e ideales altos. Puesto que, en esta edad, está todavía definiendo su personalidad.
¡Cuando el líder no se supera, retrocede!

IV. Formación Apostólica

a) Ser apóstol:
Se buscará que el adolescente sea coherente con las exigencias de su vocación cristiana, las interiorice y las viva con un mayor convencimiento; puesto que, en esta edad, va entendiendo mejor su responsabilidad y su compromiso bautismal a la santidad y al apostolado.

b) Hacer apostolado:
Se buscará que el adolescente se lance a proyectos apostólicos de envergadura, donde se sienta plenamente responsable, y los lleve a cabo con profesionalidad y excelencia; ejerza su liderazgo en el colegio o en el grupo juvenil y en su medio ambiente; y dedique tiempo efectivo a algún apostolado estable. En esta edad, el adolescente tiene la suficiente capacidad para realizar grandes apostolados.
¡“Si yo no soy responsable en mi apostolado, éste se vendrá abajo”!
Por esta razón proponemos:

Ø OBJETIVO GENERAL: Ayudar a los jóvenes a descubrir su vocación personal, acompañar este proceso de crecimiento para que alcancen una madurez humana, afectiva y cristiana, en sus familias y dentro de su comunidad parroquial.
Ø Líneas de acción:
1. Convocar y organizar encuentros, talleres, jornadas de convivencia para constituir y planificar una Pastoral Juvenil basada en una auténtica fraternidad evangélica.
2. Disponer el dictado de charlas para acompañar los procesos formativos de los agentes pastorales juveniles, en lo personal, social y comunitario, con un discernimiento realmente cristiano.
3. Disponer el dictado de charlas en los colegios secundarios católicos y públicos, destinados a los niveles de 1°, 2° y 3° del Polimodal a los colegios que así lo soliciten mediante nota dirigida a esta Coordinación de Pastoral Juvenil.
4. Desarrollar una comunicación más activa y efectiva entre los diferentes grupos juveniles de cada decanato y con las comunidades parroquiales.
5. Crear los espacios necesarios para que la Pastoral Juvenil interactúe, desde su misma esencia, con el resto de las comunidades, sin que ello signifique la pérdida de los valores y características que le son propias.
6. Mantener una permanente y cercana relación con los Decanos a través de sus agentes de pastoral juveniles.
7. Proponemos crear y conformar delegaciones que dependan de la Coordinación de esta Pastoral Juvenil en los lugares mas alejados de la Sede de la Diócesis de la Nueva Orán, apostando a una mejor integración y comunicación con toda la Juventud Diocesana.
8. Generar espacios destinados exclusivamente a la formación de los animadores de los diferentes grupos juveniles que integren la Pastoral Juvenil.
9. Realizar reuniones de esta Pastoral Juvenil, a parte de las reuniones semanales en la Sede Diocesana ya establecidas, también dejar fijadas reuniones trimestrales en cada uno de los Decanatos a realizarse en la Parroquia o lugar que designe cada Decano, (se deberá consensuar fecha y hora de estas reuniones entre esta Coordinación y los Sacerdotes responsables de cada Decanato) Contar con la presencia del los párrocos y los responsables de cada delegación (las reuniones serán de media jornada).
10. Recuperar las Adoraciones al Santísimo Sacramento de grupos juveniles por Decanato.
11. Crear un Ministerio de Música.
12. Darle mayor participación en las novenas de las Fiestas Patronales Parroquiales a los grupos juveniles, dándole espacio en un día específico de la novena, comprometiéndose esta Coordinación a brindar todo el acompañamiento y asistencia posible al grupo designado.
13. Esta Coordinación se compromete a brindar capacitación a las parroquias en la formación de agentes de pastoral para que puedan realizar retiros espirituales parroquiales destinados a los jóvenes.
14. Proponer a los grupos Palestra – Puente y otros que existan en la diócesis a que formen parte de esta Coordinación de Pastoral Juvenil.

Como hemos mencionado anteriormente, este recorrido debe tener una fuerte presencia de todos los actores que intervienen en el desarrollo de nuestros jóvenes. Tanto los señores padres, como los docentes, profesores, sacerdotes y laicos comprometidos que eligieron libremente pertenecer a esta porción del rebaño, por tanto, su responsabilidad es tener una coherencia entre lo que se vive con lo que se predica. La modernidad nos impone este desafío, aunque tengamos que volver a las viejas prácticas de los talleres para padres, foros de docentes y de laicos, para reverdecer el mensaje original de Jesús “Camino, Verdad y Vida” de lo contrario, el saber se quedará tan solo como un montón de conocimiento sin trascendencia “Si el constructor no construye, en vano trabajan los albañiles” .-
Por otra parte, debemos mejorar la relación y el trabajo entre: Diócesis – Decanatos - Parroquias – Colegios Católicos y Públicos donde, nuestros adolescentes vean un mejor acompañamiento de nuestros sacerdotes más allá de las celebraciones establecidas. Como ejemplo, sería apropiado realizar jornadas o convivencias donde varios sacerdotes aclaren temas como: ciencia y Fe o verdad y razón, o bien, porque la opción por Dios aun hoy vale la pena.-
En lo referente, como sociedad, incrementar la solidaridad y la ayuda mutua con “Esos rostros que nos duelen” (Doc. Aparecida). Obrar en misión, no para que choquen las culturas, sino, para aprender que aporta el joven en esos rostros y que recibe de ellos para construir una tierra de hermanos próximos, de tu a tu y sin fronteras.-
“La Pastoral de juventud buscará que el joven crezca en una espiritualidad auténtica y apostólica, desde el espíritu de oración y conocimiento de la Palabra de Dios y el amor filial a María Santísima que uniéndolo a Cristo lo haga solidario con sus hermanos y eficaz en su seno familiar.
Los temas están fundamentados y centrados en algunos puntos del Concilio Vaticano II en su Gaudiun et Spes y la declaración Gravissimum Educationis, la Doctrina Social de la Iglesia, el Documento de Aparecida (sumándonos a la gran Misión Continental), alineados a la Pastoral Juvenil Regional (esperando el Bicentenario) y acorde al Plan Pastoral Diocesano.



David Ponce
Coordinador de Pastoral Juvenil

*NOTA: Pedimos expresamente su colaboración en lo referido a este nuevo proyecto de Pastoral Juvenil, sintiendo la necesidad de querer conocer su mirada al mismo, por tanto estamos dispuestos a reunirnos y sentarnos a conversar en el momento que usted disponga o crea oportuno, para conciliar el proyecto sugerido y aunar criterios para su aplicación, hasta el Sábado 27 de Febrero del 2010 en el Plenario que se realizará en el Centro Cultural de la Casa del Laico de 09:00Hs a 17:00Hs. Esperamos pueda transmitir esto a los Sacerdotes de su Decanato, esperando contar con la asistencia de uds. en este encuentro; lo saludo en un fuerte abrazo en Cristo y María Santísima. David Ponce al TEL: (03878) 15577797.

LA PASTORAL LITÚRGICA Y SU ORGANIZACIÓN

Ponencia para el Encuentro anual de Directores Diocesanos de Liturgia
Pilar, 8 al 10 de Agosto de 2005
Pbro. Cristian Gramlich

LA PASTORAL LITÚRGICA Y SU ORGANIZACIÓN

A continuación presento un elenco de cuestiones a considerar en orden a la organización de la pastoral litúrgica diocesana. En general son puntualizaciones que bien pueden enmarcar el trabajo de un grupo de liturgia parroquial pero aquí nos detendremos en la tarea de la Comisión diocesana de Liturgia (a partir de ahora CDL).

El marco general y el supuesto doctrinal siempre es la aspiración eclesial de recuperar el espíritu del Concilio Vaticano II, y esto tanto en orden a la praxis (el mejoramiento de las celebraciones, la catequesis litúrgica, la adaptación -inculturación-, etc.) como en orden a la mentalidad (la educación y la formación litúrgicas, la espiritualidad, la consideración de la liturgia y su sitio justo en la vida de la Iglesia, etc.). El presupuesto teológico fundamental y permanente es que “toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia”. (SC 7). Este concepto fue incorporado en el derecho eclesial vigente en el c. 834 § 1, precisando que “este culto se tiene cuando se tributa en nombre de la Iglesia por las personas legítimamente designadas y mediante actos aprobados por la autoridad de la Iglesia” (c. 834 § 2; cf. Catecismo de la Iglesia Católica nn. 1066-1209).

Por lo tanto, constituyen la liturgia de la Iglesia las celebraciones de los sacramentos y de los sacramentales (v.g. bendiciones, exequias, Liturgia de las Horas, etc.). Los ejercicios piadosos (v.g. novenas, procesiones, celebraciones de la palabra, vía crucis, etc.), si bien no son parte de la liturgia, deben ordenarse con ella (cf. SC 13).

Será importante tener siempre presente que:

1) el sujeto que celebra la liturgia es la asamblea, que tiene un presidente que es el ministro ordenado (obispo, presbítero o diácono) y en la cual otros desempeñan una diversidad de servicios litúrgicos (= carácter sinfónico y eclesial de la liturgia), todos al servicio de la asamblea[1];

2) que la liturgia está constituida esencialmente por signos, de modo que desde el gesto y la palabra, hasta el color y el objeto, todo se hace portante de un contenido trascendente: Dios en medio de su pueblo (= carácter simbólico y sacramental de la liturgia).

La palabra “liturgia” significa acción del pueblo en dos sentidos, a saber, servicio “de” y “al” pueblo. Es el pueblo todo el que debe ofrecer el sacrificio de Cristo y ofrecerse juntamente con Él. Esto quiere decir que tanto los ministros ordenados como los demás servidores deben obrar como parte del pueblo, dentro de la asamblea, celebrando con el pueblo y no ante él. A unos y otros el Concilio Vaticano II enseña que el objetivo de la renovación litúrgica, y por lo mismo de la pastoral litúrgica y del Equipo es la participación plena de todos los fieles en la liturgia, lo cual se explicita con tres adjetivos:

-la participación ha de ser activa, es decir, observando actitudes externas, por lo cual, “para promover la participación activa, se fomentarán las aclamaciones de la asamblea, los responsorios, la salmodia, las antífonas, los cantos y, también, las acciones o gestos y posturas corporales. Guárdese además, a su debido tiempo, un silencio sagrado” (SC 30).

-la participación, también, ha de ser consciente, lo cual significa que la participación exterior, activa como se ha dicho, ha de nacer del interior del bautizado, “para ello los pastores de almas deben aspirar a ella con diligencia en toda su actuación pastoral, por medio de una educación adecuada” (SC 14b), a esto apunta, sobre todo, la catequesis litúrgica, cada día más necesaria.

-pero, por sobre todo, la participación ha de ser fructuosa. El Concilio Vaticano II prescribía al respecto: “Al restaurar y fomentar la sagrada liturgia, hay que tener muy en cuenta esta plena y activa participación de toda la asamblea, porque es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano” (SC 14b); “mas para asegurar esta plena eficacia es necesario que los fieles se acerquen a la sagrada liturgia con recta disposición de ánimo, pongan su mente en consonancia con su voz y colaboren con la gracia divina para no recibirla en vano. Por esta razón, los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente” (SC 11).

El objetivo final, a manera de ideal, de la CDL será hacer que todos los fieles de la Diócesis participen plenamente de la liturgia. Pero la “experiencia espiritual cristiana no puede considerar la celebración ni como una estructura facultativa, ni como una estructura intermediaria, sino más bien como momento fundacional, lugar genético de la misma experiencia”[2]. Por tal razón, la CDL no puede limitarse a orientar los modos y dictaminar las pautas de las celebraciones, sino que ha de promover una genuina espiritualidad litúrgica en todos los fieles, entendiendo por tal “una actitud permanente o un estilo de vida cristiana basado en la asimilación y la identificación con Cristo, producidos por el bautismo y la confirmación y alimentados por la plena participación en la eucaristía, los sacramentos en general y la oración de la Iglesia, todo ello en el ámbito fundamental del año litúrgico y según el ritmo cíclico que le es propio”[3].

Aunque queda supuesto, vale la pena remarcar que si bien la Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia, cabe recordar que la pastoral litúrgica no debe ser referirse sólo a ella sino también a los demás sacramentos, a la Liturgia de las horas, al arte sagrado y la música.

LA COMISIÓN DIOCESANA DE LITURGIA EN LOS DOCUMENTOS

El documento conciliar sobre la Sagrada Liturgia en los nn. 43 y 45, alude explícitamente a la existencia de una Comisión de Liturgia en cada diócesis para promover la acción litúrgica bajo la orientación del Obispo. Y añade que, en cuanto sea posible, debe haber una también una Comisión de música y arte para la Liturgia, se entiende, en estrecha concordancia con la CDL o como partes de la misma.

La primera Instrucción posterior a la Sacrosanctum Concilium para su recta interpretación, llamada Inter Oecumenici, en el n.47, habla con más detalles de las tareas de la CDL. Indica que ésta debe
conocer la situación de la acción litúrgica pastoral de la diócesis,
acompañar las decisiones de la autoridad
promover estudios e iniciativas prácticas que puedan contribuir a dar impulso a la Liturgia,
sugerir líneas de trabajo pastoral aun para toda la diócesis,
llamar personas competentes que puedan ayudar a los sacerdotes en esta área, etc.

Además, debe haber una instancia de conexión con los demás organismos diocesanos para que la realidad teológica de la misma Liturgia como centro de la vida eclesial quede debidamente verificada en la organización pastoral de conjunto.


LA ORGANIZACIÓN


1. Conformación del equipo de trabajo

a. El Director diocesano: Liderazgo y dedicación de tiempo.

El animador de la CDL, habitualmente llamado “Director”, está llamado por la Iglesia a ejercer un verdadero ministerio que supone, espíritu de servicio, espíritu de comunión, mirada supraindividual y una buena dosis de sentido común.

Es imprescindible que disponga de tiempo cordial y real. Esto implica hacer un verdadero lugar en el corazón para acoger esta misión que la Iglesia le encomienda, más allá de que la deba combinar con otras responsabilidades pastorales. Al mismo tiempo planear una dedicación de tiempo de “buena calidad” para poder estar lo suficientemente presente en la tarea y animar a quienes delegará funciones.


b. Los integrantes: el espíritu que debe animarlos

Para formar parte de la CDL, y para que surja su perfil de equipo de animación litúrgica, es imprescindible sentir interiormente una vocación de servicio y de ayuda a la comunidad. Pertenecer al equipo no puede ser una moda, o una instancia de lucimiento, o una función por descarte rotativo; debe responder a una verdadera vocación, que signifique poner al servicio de la Iglesia los carismas dados por el Señor.

A su vez, la mente de quienes se integren a la CDL debe ser suficientemente “diocesana”, es decir, con capacidad para trascender la realidad particular de origen y adquirir una mirada, una ponderación de juicio y un sentimiento pastoral, verdaderamente diocesanos. El corazón de Jesús pastor, que busca abarcar a todos -los adelantados y los atrasados- debe ser el modelo a seguir.

En cuanto al criterio de la representatividad (miembros que representen diversos sectores del pueblo de Dios, o bien distintas áreas geográficas de la diócesis) hay que decir que es positivo en la teoría pero no siempre es compatible con la armonía que debe lograrse en el equipo de animación litúrgica, y puede resultar forzado. Quizás es un criterio de asimilación de integrantes a tener en cuenta como ideal pero no siempre puede resultar en las fases iniciales de la CDL y por ello no debe ser un criterio imperioso.

Como el Director, cada miembro de la CDL debería caracterizarse por el espíritu de servicio y el espíritu de comunión; indudablemente aparecerán carismas y capacidades diversas, dada la índole de este tipo de equipos. Será importante la capacidad de valoración de lo propio del hermano y la aceptación realista y humilde del propio carisma, que nunca busca sobresalir o imponerse.

La experiencia muestra que las cosas se realizan cuando la gente trabaja, se compromete, se involucra. Este talante debe ser obligatorio en el perfil buscado de quien conforma la CDL.

Es importante que todos los miembros estén abiertos a examinar, y dejarse examinar, en su propio rol; a veces, hay una vocación clara de pertenencia a esta área de la vida eclesial pero no hay igual claridad en cuál aspecto trabajar. Ese discernimiento debe realizarlo el interesado junto con el Director de la CDL.

Hay que evitar, o eventualmente resolver, situaciones anormales como personas nombradas como miembros de la CDL que poco o nada concurren a las reuniones de trabajo, o bien personas que estando presente nunca participan, o también personas que se mantienen inercialmente en su puesto durante demasiado tiempo, etc.


c. Áreas.

Como bien lo indica ya la SC, la Comisión diocesana de Liturgia debe abarcar áreas diversas. Hay muchos esquemas posibles de la división en áreas que se desprenden del vasto alcance que la CDL está llamada a tener.


Cuatro esquemas diferentes, entre muchos otros, pueden ser éstos que expongo como ejemplo:

esquema I (muy general)
liturgia en general, música, arquitectura/arte

esquema II
formación, servicios, música, arquitectura/arte

esquema III
celebraciones diocesanas, formación, subsidios, música, arquitectura, arte

esquema IV
espiritualidad, religiosidad popular, celebraciones diocesanas, formación, subsidios, música, arquitectura, arte, recursos, secretaría

¿De qué depende elegir uno de estos esquemas u otro? Habría que tener en cuenta dos puntos de vista y saber complementarlos. Primero el de las necesidades más urgentes; Segundo el de las personas con carismas adecuados -y a la vez las características señaladas antes-. Es decir, no se puede pensar en una comisión con muchas áreas cuando no se tienen agentes pastorales para cubrirlas; ni una comisión con áreas que luego no se concretan en la práctica por falta de destinatarios, etc. En otras palabras, será el diagnóstico de la realidad el que determinará las posibles áreas.

También es importante señalar que una comisión tiene que tener cierta ductilidad. Lo que puede servir para un trienio puede hacerse inútil para el trienio siguiente. En esto es necesario no ser demasiado esquemáticos.


d. Competencias específicas.

Los roles de los miembros deben estar bien determinados; es necesario que el Director de la CDL los explicite y no se conforme con enunciarlos una sola vez. Sabemos que muchas cosas dichas deben reiterarse para que se incorporen debidamente en la mente y el corazón.

El Director de la CDL debe tener un método de trabajo. Es importante pautar claramente las reuniones, la frecuencia de contacto entre él y los miembros (garantizando la posibilidad de contactos personales de él con cada miembro de la CDL). Deberá distinguir claramente lo que es necesario de lo que es meramente aconsejable; deberá también explicitar las prioridades -que pueden surgir del debate interno de la Comisión, pero que una vez definidas no deben cambiarse-; deberá vigilar por la coherencia y consecuencia del trabajo. Es decir, evitar lo cambiante, lo incierto, lo impreciso, lo “demasiado supuesto”, y por supuesto lo puramente temperamental.

Un rol importante es el Secretario o Secretaria. Con frecuencia esta persona es el verdadero “nervio” de la CDL. Sus características deben ser la de una persona con fuerte espíritu de comunión, clara dedicación al trabajo, mente clara, estilo ordenado y prolijo. Y cuidarse de convertirse (o sentirse) imprescindible.

En una comisión desarrollada puede haber personas responsabilizadas en el área “recursos económicos”, “material litúrgico”, “relaciones públicas”, “promoción y propaganda”, etc. Y `puede ser interesante alguien que se ocupe de la espiritualidad de los miembros (y que organice, p.e. jornadas o momentos “ad intra”).

Por último parece útil a la comunión y a la compenetración con todo el sentido litúrgico involucrar a todos los miembros de la CDL en algunas actividades “ad extra” (p.e. alguna celebración diocesana, algún curso general de formación, etc.), o bien hacerlos a la vez “delegados” de algún sector territorial de la diócesis, sobre todo si ésta es grande.


e. Frecuencia y estilo de las reuniones de trabajo.

¿Muchas o pocas reuniones? Parece mejor definir el estilo de las mismas y en consecuencia surgirá la frecuencia. Es oportuno que la reunión tenga momentos definidos: momento de oración, momento de revisión, momento panorámico, momento analítico, momento de distribución de responsabilidades y pautas.

1) momento de oración: Una CDL no se forja solamente con el trabajo. Es necesario crear fraternidad entre todos sus miembros, y hasta relaciones de amistad, profundizando en común la fe para tener los mismos sentimientos en Cristo Jesús (cf. Flp 2, 1-5). Esto no se logra sin orar en común, no sólo un rezo para empezar o concluir, sino un momento de oración espontánea, de recordar una frase bíblica relacionada con algún aspecto central del trabajo, de suplicar los unos por los otros, de agradecer la acción del Espíritu Santo en la Comisión y en la comunidad toda.

2) momento de revisión: Muchas veces la rutina y la inercia cunden entre los organismos pastorales, porque se planifica y ejecuta pero muy pocas veces se evalúa lo realizado. Por eso, la reunión de la CDL no debe comenzar por preparar las próximas actividades –así siempre haremos lo mismo, con las mismas luces y sombras- sino por revisar lo hecho. Para esto ayuda mucho el saber escuchar. Dentro del grupo, saber escucharse los unos a los otros, porque los no encargados de algún aspecto pueden aportar observaciones seguramente muy sugerentes a los encargados específicos. Y también habrá que saber escuchar a los que no forman parte de la CDL.

3) momento panorámico: Se trata aquí de ponerse en contexto diocesano. Con frecuencia la vida de la diócesis está marcada por algún acontecimiento, celebración o vivencia colectiva; también habrá influencias del momento social o cultural. Todo esto debe considerarse en función de una pastoral que siempre debe ser “encarnada” para que sea “acertada”.

4) momento analítico: Consiste en diseñar y desarrollar lo que es propio de la CDL en función de sus metas próximas (de las metas en sí se hablará más abajo). En el análisis de lo que debe organizarse y realizarse queda implícita la necesidad de la formación permanente. Más allá de momentos especiales de formación, conviene tener presente que la mejor manera de aprender es cuando la reflexión acompaña la acción y viceversa. Por lo tanto, los problemas que se encuentran en la práctica señalan los temas de estudio, los que una vez profundizados han de transformar la práctica. “Unas fotocopias de breves artículos o de esquemas, o la colaboración de algún conferenciante o de un miembro del grupo convenientemente preparado, pueden constituir una preciosa ayuda a la profundización de todos en el espíritu litúrgico y la motivación de su servicio a la comunidad”[4].

5) momento de distribución de responsabilidades y pautas: Debe ser breve y más bien confirmatorio de lo que se ha venido trabajando. Muchas veces ocurre en nuestras reuniones que aquello que se decide, por consenso o por determinación del Director, no siempre es registrado como vinculante y comprometedor. Por eso será necesario aquí “repasar” las responsabilidades que competen a los miembros de la CDL para las futuras acciones a desarrollar y los criterios que deben seguirse en esas acciones. Es un momento que pone en evidencia la equidad en la distribución de roles; ocurre a veces que la distribución de cargas no es equitativa.

La coordinación de la reunión, en nuestro estilo bastante informal, se hace imprescindible. El coordinador de la reunión, que puede no ser el Director diocesano, debe marcar los ritmos, los tiempos, evitar amablemente los desvíos del tema, la dispersión, o la superposición de voces. Habrá también que acotar los tiempos para que un tema no consuma la mayor parte del tiempo sometiendo así a la ligereza los temas restantes.

Habrá que insistir en la seriedad del trabajo, en la importancia de la puntualidad (llegar e irse a la hora fijada), en el espíritu positivo y colaborador, el clima de respeto y confianza a la vez, etc.

Conviene que el secretario o secretaria registre los puntos fundamentales de la reunión (acta) y los comunique en un momento posterior cercano a la fecha de la reunión. Puede adoptarse la costumbre de leer dicha acta al comenzar la reunión siguiente. estas actas constituyen así la memoria escrita de lo tratado en las reuniones de la CDL.


f. Mística y compromiso.

Ya se insinuaron elementos que hacen a la mística y al compromiso. Cada tanto conviene hacer explícita la necesidad de una mística propia de quien integra una Comisión de esta naturaleza. No parece superfluo recordar, una vez más, que en una CDL el espíritu eclesial debe prevalecer; las cuatro notas de la Iglesia (unidad, santidad, catolicidad, apostolicidad) inspiran todo un estilo personal de pertenencia y un estilo comunitario de trabajo y mentalidad.

La vida espiritual se hace imprescindible pues una CDL, en última instancia, es un instrumento del Señor y debe ser Él quien inspire y oriente la vida de sus hijos que peregrinan en el tiempo. Si la acción litúrgica es acción de Cristo y del Espíritu, esta verdad teológica no puede no verse plasmada en el espíritu y la convicción de quienes trabajan en esta área.

A su vez, la dimensión mística y espiritual, imprescindible en todos los miembros de la CDL, debe ser acompañada por un claro sentido común y un modo realista y objetivo de ser y percibir la realidad evitando ser desencarnados. Asimismo no está de más subrayar la importancia de un espíritu de conversión constante para buscar resplandecer por la caridad.

2. Diagnóstico diocesano

El diagnóstico de la realidad es el punto de partida de cualquier trabajo serio que aspire a un servicio efectivo a dicha realidad. De allí que debe hacerse con eficacia y precisión; pulsar los signos de los tiempos, detectar necesidades y carencias, identificar fortalezas y posibilidades, será tarea de toda la CDL.

Si bien, en general tenemos una tendencia al diagnóstico y una carencia en los pasos siguientes, debemos admitir que nuestra apreciación de la realidad muchas veces es apresurada e imprecisa, cuando no parcial o condicionada por prejuicios. De allí que debamos acudir a un método serio y claro para el diagnóstico.

Al mismo tiempo, realizado el diagnóstico y apreciado correctamente su resultado, es necesario avanzar decididamente a la respuesta que pide la “tal” realidad.

A la hora de establecer pautas para un relevamiento de la realidad en materia de pastoral litúrgica, puede inspirar la encuesta realizada hace diez años por la Comisión Episcopal de Liturgia. Y más allá del resultado amplio y estadístico de lo que se pueda registrar, conviene tener en cuenta los siguientes destinatarios claves a la hora de evaluar la “situación litúrgica”.


a. Pueblo de Dios.

Es lo más difícil de evaluar sin caer en rápidos encasillamientos. Pero se hace urgente verificar tendencias. Un sistema de muestreo por preguntas podría ayudar. Lo que la Iglesia busca del pueblo de Dios en general está bien definido en S.C. 11 y 14: una participación activa, consciente y fructuosa en la vida litúrgica. Conocido el alcance de esta aspiración habrá que registrar causas positivas y negativas. Un análisis tipo FODA puede ser de utilidad. De todos modos, hay aspectos de la realidad que nunca quedarán registrados por ningún método sociológico, más si sabemos de la presencia del Espíritu de Dios y del Reino de Jesús que actúa pues la semilla germina y va creciendo, sin que el sembrador sepa cómo (cf. Mc. 4, 26-27). Con mirada de fe y esperanza, entonces, podrá completarse el panorama que puedan registrar los datos recabados.


b. Agentes de pastoral litúrgica.

Son los destinatarios más directos y naturales de la tarea de la CDL. A ellos hay que conocer, apreciar y ayudar. Si la Comisión diocesana se la concibe como un “órgano de servicio”, es a los hermanos que animan litúrgicamente las comunidades a quienes hay que servir. A ellos nos referimos en este punto, sean miembros de los equipos parroquiales o bien personas aisladas que están relacionadas con la pastoral litúrgica o con la organización de las celebraciones (se excluye en este punto a los sacerdotes de quienes se hablará en el punto siguiente). Diagnosticar la situación de los agentes de pastoral litúrgica no es demasiado difícil y de los cuatro grupos de destinatarios aquí señalados éste resulta el que con más objetividad y amplitud se puede conocer.
Ahora bien, en caso de valerse de estos hermanos para realizar, a su vez, un diagnóstico de las realidades particulares, será conveniente solicitarles especial realismo y objetividad pues a la hora de evaluar ellos la realidad y transferir esa información a la CDL puedan quedar, muchas veces, condicionados por la desazón o la experiencia negativa que tiñe la mirada general de estos servidores de la liturgia; otras, por el contrario, juzgarán todo acabado a partir de algunos resultados sobre los que se descansa con cierta comodidad.


c. Clero.

Es habitual, en contacto con los agentes de pastoral litúrgica antes aludidos, que tarde o temprano, frente a cualquier diagnóstico de la realidad, surja una constatación compleja: a los sacerdotes les cuesta involucrarse en la pastoral litúrgica; se verifica que muchos están interesados en otros aspectos de la vida eclesial y viven entregados a ella; y por ese motivo u otros, se convierten en un factor algo negativo en materia de liturgia, por desinterés, dejadez, desprecio, apresuramiento o ausencia. Ocurre también que por falta de tiempo y dedicación, en muchos casos, los sacerdotes apelen a las costumbres inerciales de los lugares (“siempre se hizo así”); a su vez, los estilos demasiado personalistas de los sacerdotes, la resistencia a toda indicación o consejo en materia de disciplina (la liturgia incluye una cierta disciplina), o la falta directa de sentido litúrgico, también se constata en ellos. No obstante y por el ministerio privilegiado que los sacerdotes deben desempeñar, es necesario considerarlos seriamente e involucrarlos adecuadamente en la preocupación de la CDL. La Comisión no puede ignorarlos. Por difícil que fuere, y en esto habrá que hablar claramente con el Obispo (sacerdote también), hay que destinar una energía particular a los sacerdotes. Diagnosticar “su realidad” en materia de Liturgia será importante. Esbozar las líneas de acción también.


d. Otros destinatarios

No hay que olvidar ámbitos de vida eclesial en los cuales hay vida litúrgica. Por ejemplo, las escuelas y colegios, las capillas y oratorios de las comunidades religiosas, las celebraciones de los movimientos, los santuarios, etc. Hacia todas estas situaciones habrá también que orientarse y deberán ser diagnosticadas pues a ellas hay también que servir.



3. Objetivos y metas (ideal y compenetración con ellos)


a. Objetivos

A partir del diagnóstico realista, registrado y consensuado entre los miembros de la CDL es necesario, en estado de oración, disponerse a trazar los objetivos de la Comisión. Parece importante distinguir objetivos de metas. Aquéllos son más generales, evaluables a mediano plazo, concretables de múltiples modos, etc. Las metas, en cambio, son acciones recomendadas, instancias inmediatas a realizar. Una meta no lograda, por ejemplo, no implica un objetivo no alcanzado. Será el análisis de un conjunto de metas el que defina el alcance satisfactorio o no de un objetivo.

Es importante la forma de determinar los objetivos; no deben ser formulaciones grandilocuentes, ni demasiado generales; por el contrario deben ser realistas, evaluables (medibles de algún modo), realizables con recursos a la vista, que permitan ulteriores progresos, variados, etc.

Los objetivos convienen que estén diferenciados por destinatarios. De acuerdo con los tres grandes grupos antes señalados puede haber objetivos bien diferentes, dada la diversa realidad de los destinatarios.


b. Metas de trabajo.

Cada objetivo formulado tiene que poder ser plasmado en metas de trabajo o acciones recomendadas. Aunque parezca obvio, hay que decir que las metas deben responder a los objetivos. Es necesario visibilizar adecuadamente las metas e incorporar en ellas lo que espontánea u ordinariamente se hace. Es decir, en la vida de la Iglesia hay lo que se llama una pastoral ordinaria (también en liturgia es así) y es ésta la que va generando la “edificación” del cuerpo eclesial. Nada de lo ya asumido por la pastoral ordinaria debe dejar de considerarse como positivo, aun cuando todo pueda o deba revisarse con cierta frecuencia. Pero es necesario tener conciencia de ello y no restringir la acción solamente a metas “extraordinarias”.



4. Recursos

Se entiende por recursos, lo que serían las partes integrales que animan la vida y los efectos de la CDL. Es decir, una CDL no puede funcionar si carece de recursos humanos, formativos, económicos, etc. Aun conscientes de haber expuesto ya algunos aspectos los resumiremos así:


a. Humanos

Ya se presentaron las características del miembro de la CDL; además de ellas, el Director diocesano debe procurar que en los momentos de trabajo, tanto “ad intra” como “ad extra” no falten los recursos propios de toda instancia de familia (la Iglesia está llamada a serlo) para que sus miembros crezcan humanamente. Procurar entonces el clima de fraternidad, sinceridad, normalidad y paz, será imprescindible. Porque el primer recurso es el cristiano comprometido y entusiasmado que ha decidido donar tiempo y energía personales para colaborar en la CDL. Para ello, según cada situación, habrá que procurar medios y recursos. Algunos tan humanos como escucharse, relacionarse sanamente, e incluso, compartir algún momento distendido o recreativo.

También habrá que cuidar el ámbito natural del trabajo. El hombre es un ser de arraigo; para estas actividades también es necesario contar con un lugar de referencia que tenga lo necesario para “estar” y “estar bien”, es decir a gusto y en paz. Si es una oficina, que no sea expulsiva sino que fomente la convivencia y la comunión. Pequeños detalles que significan “gratuidad” ayudan especialmente al clima que se necesita para trabajar a gusto.


b. Formativos

El Director diocesano debe velar pastoralmente por los miembros de la CDL para que puedan crecer en su formación teológica, espiritual, y rigurosamente litúrgica. Para ello hay que pensar en encuentros o celebraciones para la CDL. Invitar a otras personas a que ayuden, orienten o iluminen en temas en los que pueda necesitarse crecer. Tener una biblioteca (que se utilice, quizás ambulatoriamente) o recursos informáticos que puedan aprovecharse y compartirse ayudará también. Dada la índole de entrega y servicio que debe caracterizar a los miembros de la CDL, convendrá vigilar la actualización de los mismos, estando al día en la documentación litúrgica, las publicaciones que van surgiendo y difundiéndose, etc.


c. Económicos

Este aspecto no puede ni debe soslayarse. Aunque parezca crudo y pragmático, hay que decir que las buenas ideas lo son realmente si pasan el presupuesto. Y aquí hay que resolver el financiamiento de la CDL. Es prematuro declararse inicialmente en quiebra. Será necesario conversar entre todos los miembros, pues en esta área todos están decididamente involucrados, acerca de las posibilidades de recursos económicos que puedan obtenerse. La buena voluntad y la generosidad deben aparecer aquí. Hay instancias que organiza una CDL que pueden autofinanciarse; otras requieren inversión sin retorno. Habrá que ver quién puede ayudar un poco en este sentido y buscar algún respaldo; siempre hay alguien con más carisma para conseguir respaldos económicos. Eventualmente se puede acudir a alguna persona de Iglesia, fuera de la CDL que ayude en este cometido.


d. Específicos

Hay que definir si la CDL tendrá injerencia en las celebraciones de alcance diocesano, generalmente asociadas al ministerio episcopal. En ese caso, es bueno contar con material litúrgico para celebraciones con grupos numerosos, y cierta infraestructura que puede quedar al cuidado y administración de algún miembro del CDL. Este aspecto, a veces queda en manos del Seminario o de alguien de la diócesis ajeno a la CDL, o de alguna Parroquia “más pudiente” (Catedral o Santuario). Será necesario aclarar este aspecto. Los elementos litúrgicos que se utilizan en estas celebraciones deben ser especialmente dignos y ejemplares. Y el uso al que suelen ser sometidos, sumado a traslados, manipuleos, etc. no contribuyen a esa dignidad.


e. Subsidios

Los subsidios necesarios para la formación de los miembros de la CDL, ya mencionados, son un aspecto. Pero también será necesario contar con todo lo necesario para planear la emisión de subsidios para entregar a las Comisiones parroquiales, a los agentes de pastoral litúrgica y al clero. Importa organizar este servicio, siempre bien apreciado y por eso mismo, vale la pena una inversión de esfuerzo y recursos económicos.



6. Temática

A la hora de plantear una consideración de aspectos a iluminar, reforzar y animar, es muy útil seguir el itinerario temático que emerge de la SC. Así, habría que revisar en las diócesis:

1. a. El concepto que se tiene de Liturgia y su visión teológica;
b. el lugar que ocupa la liturgia en la vida de la Iglesia;
c. la consideración de las distintas relaciones de la Liturgia (con la enseñanza teológica, con la catequesis, con la espiritualidad, con los ejercicios de piedad, etc.);
d. el ideal de la participación buscada y promovida por el Concilio;
e. el conocimiento de los libros litúrgicos y sus introducciones (Ordenaciones –“Institutia”- y Notas previas –“Praenotanda”-);
f. el conocimiento de las posibilidades litúrgicas (adaptaciones);
g. el lugar, el tiempo, los destinatarios y el modo de la catequesis litúrgica general (en orden a la educación litúrgica);
h. la relación liturgia y vida cristiana.

2. a. El lugar que ocupa la Eucaristía en la vida cristiana en general;
b. la verificación adecuada de las cinco prerrogativas teológicas de la Eucaristía (memorial - sacrificio - alimento - presencia - eclesialidad);
c. el concepto de celebración;
d. los aspectos rituales de la Eucaristía y sus posibilidades;
e. el ejercicio y competencia de los distintos ministerios (guía, lectores, acólitos, ministros extraordinarios de la comunión, monaguillos, sacristanes, etc.);
f. el lugar que ocupa la misa dominical y la santificación del domingo;
g. todo lo que debe prepararse para la celebración de la Eucaristía;
h. las Misas para los niños;
i. el uso adecuado del Leccionario;
j. el culto eucarístico fuera de la Misa.

3. a. La celebración del bautismo;
b. la liturgia en las catequesis prebautismales;
c. el itinerario sacramental de la iniciación de adultos;
d. la celebración de la confirmación;
e. la liturgia en las catequesis preconfirmación;
f. la recta celebración de la reconciliación;
g. las celebraciones penitenciales;
h. la celebración de la unción de los enfermos;
i. la celebración de los matrimonios;
j. la liturgia en la catequesis prematrimonial;
k. los ministerios eclesiales conferidos a los laicos;
l. la celebración de Órdenes;
m. la pastoral de los sacramentales.

4. a. La liturgia de las horas en la diócesis;
b. el oficio divino: difusión de su historia, teología, espiritualidad;
c. fomento de diversas posibilidades celebrativas de la Liturgia de las horas;
d. subsidios para la Liturgia de las horas.

5. a. Las características que se viven a lo largo del año litúrgico;
b. la difusión de los elementos propios de cada tiempo fuerte;
c. la espiritualidad de los santos y su lugar en el año cristiano;
d. el calendario propio de la diócesis;
e. el uso pastoral del martirologio.

6. a. La función de la música y el canto en la Liturgia;
b. normativa y criterios acerca de la música y el canto litúrgicos;
c. la oferta del repertorio musical; el cantoral diocesano;
d. la promoción musical y cantoral;
e. el ministerio del salmista;
f. los demás ministerios vinculados.

7. a. La consideración del arte sagrado;
b. la difusión de la iconografía cristiana;
c. el asesoramiento sobre los objetos litúrgicos;
d. las pautas para la construcción y/o refacción de iglesias y altares;
e. las celebraciones de dedicación de iglesias y altares.



7. Comunicación y difusión


a. Medios habituales de la comunicación y difusión

En la época actual no podemos vivir al margen de los recursos mediáticos que condicionan y orientan la vida. Podremos protestar o quejarnos de la excesiva o nefasta influencia de los medios pero su existencia es un hecho y la Iglesia, ya hace tiempo, ha optado por tomarlos como areópagos modernos en los que se hace imprescindible hacerse presente con eficacia, creatividad y empatía.

Todos los esfuerzos de una CDL apuntan a modificar una situación para movilizarla a un mejoramiento de la Liturgia en general y de la mentalidad conciliar en esta materia. Pues bien, con frecuencia se verifica una escasa llegada de las convocatorias que se realizan; en parte porque los destinatarios conviven con muchas otras exigencias, preocupaciones o tensiones. En parte porque la difusión de lo que se quiere ofrecer ha sido escasa o inadecuada. Es entonces la hora de recurrir a los medios habituales de comunicación y difusión para hacerse adecuadamente presente y obtener la llegada acertada al corazón del que debe recibirnos.

A su vez es la hora desafiante de pensar nuevos recursos didácticos y pedagógicos a la hora de formar, educar o transmitir conocimientos. El vasto campo de la educación litúrgica, imprescindible para lograr una “forma mentis” que la valore teológica y espiritualmente, pide encarnarse en los recursos educativos actuales y éstos deben tener en cuenta la cultura mediática en la que estamos inmersos.

En resumen, es necesario tener una disposición abierta a este mundo ya no tan nuevo y ciertamente omnipresente. Aprovechar estos recursos y conocer sus leyes internas para una eficaz comunicación, como también diagnosticar su efecto, será imprescindible.


b. Presencia informal

Dicho lo anterior, sabemos bien que en la Iglesia, por ser una comunidad “humano divina” funcionan otros canales y carriles de comunicación y comunión. Sabemos también que, con tiempos lentos, las cosas que tienen peso propio van instalándose en la conciencia general y eso se logra con perseverancia, paciencia, constancia; todas características que incluyen una “amistad” con el tiempo.



8. El contacto con las otras instancias


a. La CDL y las instancias menores

Forma parte de la vitalidad de la CDL el contacto asiduo con quienes animan la vida litúrgica de las parroquias, de las comunidades religiosas, de las escuelas, etc. Habrá que buscar modos de comunicación constante con todos ellos. En una diócesis grande quizás haya que buscar un esquema por decanatos o de delegaciones. Puede ayudar que los miembros de la CDL además de su competencia específica asuman una cierta representatividad de la CDL en una zona geográfica de la diócesis o bien con algunos de los sectores antedichos.


b. La CDL y las instancias mayores

De igual forma, es oportuno y conveniente, por razones eclesiales, ante todo, mantener contacto asiduo con otras CDL, sobre todo en la región pastoral; muchos emprendimientos pueden realizarse cuando se hacen esfuerzos mancomunados. Asimismo estrechar vínculos con la Comisión Episcopal de Liturgia (CEL) y su organismo ejecutor, el Secretariado Nacional de Liturgia (SENALI) cuya vinculación está dada por el Secretario ejecutivo de la CEl, a su vez Director del SENALI (Director Nacional de Liturgia). También es útil conocer el servicio eclesial del Departamento de Liturgia (DEL) del CELAM.



c. La CDL y las demás instancias eclesiales diocesanas

“La sagrada Liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia, pues para que los hombres puedan llegar a la Liturgia es necesario que antes sean llamados a la fe y a la conversión: "¿Cómo invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿O cómo creerán en El sin haber oído de El? ¿Y como oirán si nadie les predica? ¿Y cómo predicarán si no son enviados?" (Rom, 10,14-15)” (S.C.9). Este es el fundamento de la armónica relación de la CDL con otros organismos pastorales de la diócesis como también el hecho de estar representada en el Consejo diocesano de Pastoral (o equivalente).

No obstante, “la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza” (S.C. 10). La tensión entre la diversidad pastoral de la vida eclesial con la Liturgia debe resolverse en función de este ya famoso adagio conciliar. Considerando que no siempre se verifica en la mentalidad general, será importante la participación de algunos miembros de la CDL en instancias de comunión con otras dimensiones de la vida pastoral.


9. Evaluación de lo realizado

Es fundamental buscar momentos de revisión y evaluación. La evaluación en sentido estricto no es un puro diagnóstico aunque lo supone. La evaluación versa principalmente sobre los objetivos juzgándolos desde su alcance después del plazo inicialmente previsto para su cumplimiento; así, se juzgará que fueron cumplidos satisfactoriamente, cumplidos parcialmente, o no cumplidos.

Este análisis se diferencia de la evaluación inmediata y rápida que debe realizarse después de la consecución de una meta de trabajo. En este caso la evaluación analiza, en forma de revisión, la acción desarrollada (como meta) y la critica en función del aporte que constituyó o no, al objetivo al que se refiere la meta. Es decir, no basta con analizar, p.e. si a un determinado curso fueron muchas o pocas personas y analizar la causa sobre ello, sino que debe juzgarse si esa acción aportó o no al objetivo por el cual la acción fue planeada.

Hay que decir, por supuesto, que el “espíritu evaluativo” no debe exagerarse, en la línea del permanente diagnóstico. Esa actitud obsesiona y paraliza. Pero una evaluación anual de objetivos de alcance trienal ayuda a fortalecer lo que está débil, a reubicar lo que se ha olvidado o no se ha podido desarrollar, o bien a asumir nuevas metas u objetivos exigidos por la coyuntura del momento.

Habrá que evitar, también, análisis que surgen de una mirada aislada por sobre la mirada del conjunto; ocurre a veces, en ese sentido, que una opinión o evaluación expresada por una persona condiciona exageradamente la mirada general evaluativa. Será responsabilidad del Director diocesano velar para que la evaluación sea realista, objetiva, en el espíritu de la conversión, comprometedora.

Finalmente, cabe señalar que para lograr una evaluación ponderada de objetivos y metas, puede acudirse a diversos métodos de evaluación, hoy ofrecidos por las técnicas de análisis de las organizaciones.


[1] Siguiendo las indicaciones del magisterio pontificio reciente, preferimos asignar el término “ministro” a los ordenados e instituidos, utilizando los términos “servicio, servidor” (que también traduce a “ministerium”) para designar a los diversos ayudantes de la celebración (cf. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO Y OTROS Instrucción “Ecclesiae de misterio” sobre algunas cuestiones acerca de la cooperación de los fieles laicos relativas la ministerio de los sacerdotes 15.8.97, art. 1 § 2: AAS 89 (1997) 862)
[2] AUGE M. Liturgia. Historia. Celebración. Teología. Espiritualidad Cèntre de Pastoral Litúrgica (Barcelona 1995) 249-250. Se trata de un excelente manual que abarca todo lo que debe saberse básicamente sobre la liturgia.
[3] AUGE M. Liturgia 250. La espiritualidad litúrgica es esencialmente bíblica, cristocéntrica, comunitaria y mistagógica.
[4] ALDAZABAL J. Ministerios de laicos 93
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Algunas publicaciones de utilidad:
Secretariado Nacional de Liturgia de España, “El equipo de animación litúrgica”, Madrid, 1990.
J. Aldazábal, “El equipo de Liturgia” en Oración de la horas, Barcelona, n.12 (1987).
L. Brandolini, “Animación” en Nuevo Diccionario de Liturgia, Madrid, 1987, pp.96-111.
Departamento de Liturgia del CELAM, “Equipos de liturgia”, Bogotá, 1992.
C. Heredia, “El equipo de liturgia, ¿cómo organizarlo?”, Córdoba 1996.
M. D’Annibale, “Organismos de comunión y participación de la pastoral litúrgica” en Medellín, Bogotá, n.116 (2003)