JORNADA DE PLANIFICACIÓN
Oración de Apertura
Como viajero que llega de otro mundo,
como peregrino con hambre de presencia,
Dios vengo hoy con mi vida en las manos.
Traigo la alegría y el peso de ser cristiano...
Padre, entro en este Adviento,
con la esperanza de encontrar tu Palabra para seguir caminando
Dios de las promesas, renueva con nosotros tu alianza hoy.
Dios de la palabra eficaz, levanta ilusión y enciende nuestros corazones
para seguir los caminos del Reino.
Señor queremos convertirnos a ti...
no a mí, no a ser yo mejor...
Señor, queremos dejar de mirarnos a nosotros y empezar a mirarte a Ti.
Señor, queremos convertirnos a ti,
no a cambiar yo de vida, con mis fuerzas
y con mis conquistas autosuficientes.
Señor conviértenos a ti, a tu Palabra, a tu presencia...
así dejaremos de fiarnos tanto de nuestras palabras
de nuestros proyectos y de nuestras realizaciones.
Señor, queremos convertirnos a ti,
dejar nuestros caminos y nuestros juicios humanos
y empezar a caminar por tus caminos.
Señor, ayúdanos a convertirnos a ti...
nosotros solos no podemos...
tantas veces lo hemos intentado y siempre volvemos a quedarnos encerrados en nosotros.
Señor, ayúdanos a convertirnos a ti...
sal a nuestro encuentro, alienta nuestro esfuerzo, acoge nuestros pasos vacilantes.
Señor, ayúdanos a convertirnos a ti.
Que sintamos en nuestro corazón tu Espíritu,
como una luz que ilumina nuestro camino hacia tí,
y que nos impulsa con el calor de su amor.
Señor, conviértenos a ti...
Después del intento de cada día,
se tú nuestro hogar donde nos encontramos contigo al atardecer del día.
Amén
A nuestra Madre
María de Nazareth, madre de nuestro Señor,
compañera de nuestras marchas, ven a visitarnos, quedate con nosotros.
Te necesitamos, Madre buena, vivimos tiempos difíciles, atravesamos bajones
tenemos caídas, nos agarra la flojera
nos inmoviliza la apatía, nos da rabia la solidez de la injusticia.
María, Virgen de la Esperanza.
Contágianos tu fuerza, acercanos el espíritu que llena tu vida.
Ayúdanos a vivir con alegría, a pesar de las pruebas y las cruces
que encontramos en el seguimiento de tu Hijo.
Que no nos desaliente la lentitud de los cambios
que las espinas de la vida no nos ahoguen la semilla del Evangelio.
Que no perdamos la utopía, Madre buena,
de creer que es posible otro mundo y otra sociedad.
Que no bajemos los brazos en la lucha por la justicia
y en la práctica de la solidaridad.
Que no se enturbie nuestra mirada,
al punto que no veamos la luz del Señor que nos acompaña siempre,
que camina anuestro lado, que nos sostiene en los momentos duros.
Amen
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