Regreso con la Virgen de la Peña

El domingo 14 de diciembre a las 5 de la mañana desde el atrio de Parroquia La Purísima, partimos junto a un centenar de fieles devotos de la Virgen de la Peña, rumbo al Santuario de Yariguarenda, la casa de nuestra Madre del cielo. La imagen fue traida a Tartagal el pasado lunes 8 de diciembre para festejar el día de la Inmaculada Concepción, patronales de Parroquia La Purísima. Desde entonces visitó varias comunidades hasta llegar a Vespucio, General Mosconi y Coronel Cornejo. Hoy la despedimos y la trasladamos nuevamente a su santuario, entre cantos y cansancio, en medio de la lluvia que desde las 2:00 am que no deja de cesar.

Estamos caminando por las calles de nuestro pueblo junto a nuestra Madre María, que nos conduce a Cristo. María nos acompaña en el camino de nuestra vida, al igual que acompañó a su Hijo Jesucristo desde la cuna hasta la cruz.
¿Por qué llevamos una imagen de la Virgen María? Cuando recordamos a un ser querido, una foto nos ayuda a sentirlo más cerca. De la misma manera, la imagen de la Virgen María nos ayuda a recordar que ella siempre permanece con nosotros.
¿Por qué honramos a la Virgen María? El mismo Cristo la honró por ser su Madre. Con gran devoción lo imitemos, ya que nos la dejó por Madre nuestra, para acompañarnos en nuestro caminar hacia la Vida Eterna.
La carroza ya está lista en el atrio de la Parroquia por calle Guemes.

El señor José Piedra junto a otros hombres deposita la imagen de María de la Peña en la carroza, mientras los fieles esperan rezando, la lluvia es intermitente.



Ya en ruta 34 se puede apreciar a los hombres que trasladan la carroza.
Respondemos cantando:
"Proclama mi alma la grandeza de Dios, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador".
· Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador. Porque ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava. Por eso desde ahora, todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
· Porque el Poderoso ha hecho en mi favor maravillas, Santo es su nombre, y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
· Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios, derribó a los poderosos de sus tronos y ensalzó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
· Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abraham y su linaje, por los siglos.



Los fieles devotos caminan sin cesar, la lluvia no es impedimento para acompañar a María, madre de Dios y nuestra.
A cada intención respondemos: "Ayúdanos a ser servidores de los demás"
· Cuando un hermano esté y necesite nuestra
· Cuando un hermano esté caído y necesite nuestra ayuda...
· Cuando un hermano esté triste y necesite nuestra alegría...
· Cuando un hermano esté solo y necesite nuestra compañía...
· Cuando un hermano esté desesperado y necesite nuestra esperanza...
· Cuando un hermano esté cansado y necesite nuestro aliento...
· Cuando un hermano esté perturbado y necesite nuestra paz...
· Cuando un hermano esté decepcionado y necesite nuestro optimismo...

Ya cerca del ingreso al Paraje de Yariguarenda comienza a amanecer. Agradecemos a la Policía de Tránsito de la Municipalidad de Tartagal por la ayuda prestada durante la peregrinación. También el aporte de Gendarmería Nacional.



Historia
Según la creencia popular, la Virgen se apareció entre las peñas, las flores y los musgos de las sierras tartagalenses, en el paraje denominado Yariguarenda o Santa Maria de Yariguarenda, naciendo así la devoción a la "Virgen de la Peña" en los primeros años del siglo XX.
Años mas tarde visito el lugar el Padre Pedro Borghini, sellando con su presencia la devoción. Durante ya más de medio siglo, caravanas de fieles que llegan con verdadera devoción y promesas, acuden al lugar peregrinando y atestiguando muchos, haber visto la imagen de la Virgen en el hueco de un peñasco.
Los misioneros franciscanos son hasta la actualidad los encargados de cuidar y venerar el lugar, acompañando a la devoción y oración de los peregrinos.
La imagen que aparece en el cerro, sobre una laja, no es una roca con forma humana o semi-humana, no es un accidente del terreno que configure una imagen de bulto, pero allí se ve, lleva un niño en brazos, a veces su manto es rojizo o marrón, otras celeste o azul que se descubre con los ojos de la fe.
Todos los días suben personas a la cima del cerro a hacer sus pedidos, depositar sus ofrendas, llevados con la finalidad de poder ver a la Virgen.


En presencia de Dios Padre que nos escucha y quiere perdonarnos, pensemos ¿Qué le respondemos al Señor que hoy nos pregunta: ¿Quien soy Yo para vos? ¿Qué lugar ocupo en tu vida? ¿Qué estas dispuesto a hacer por mí? ¿Qué nos pide la Mamita de la Peña? ¿Que espera de nosotros? ¿Cuál será nuestra respuesta? Que vivamos con autenticidad nuestra fe. Que nos comportemos conforme a las Enseñanzas del Evangelio. Que cumplamos con los mandamientos como el mismo Cristo nos lo pide. Que aceptemos el gran desafío de cambiar nuestras vidas, para nuestro propio bien y para el bien de los demás. Que luchemos por construir un mundo mejor, una patria de hermanos, en la cual reine el amor, la Verdad, el Bien la Justicia y la Paz. ¿Nos animamos a decirle que si? ¿O nos conformamos con quedarnos solo con un entusiasmo pasajero?
Imploremos al Padre para que estos 103 años sea para nosotros un tiempo de cambio y de conversión. Recemos por nuestra patria diciendo:

Oración por la PATRIA
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Digamos juntos P. Nuestro Ave María y Gloria.
Agradecemos a la Sra. Raquel Fernández que con su camioneta permitió acompañar a la peregrinación con los rezos y canciones, a la Sra. Nélida Yepes que guiaba y rezaba, y a Josefa Núñez que acompañó con el canto.
En el santuario se estaba celebrando la Santa Misa de hs. 7:00, al finalizar comenzaba la de hs. 8:00 por los peregrinos, también se celebraron a hs. 10:30 la Misa Central, a hs. 15:00 y a hs. 17:00.
La peregrinación llega al Santuario a hs. 8:00 am, la imagen de la Virgen de la Peña es recibida con el toque de campanas. Los Hermanos Franciscanos acompañan este festejo junto a los hermanos postulantes, los servidores del Santuario y la comunidad de Yariguarenda.

Aquí una foto de la llegada de los jóvenes de Parroquia La Purísima.

Y se avisa que se aproximan los peregrinos trayendo la imagen de María Santísima, todo el mundo dirige su mirada hacia el ingreso del santuario, mucha emoción, canto y gozo.


Virgen de la Peña, tu familia de Nazaret era un nido de amor y una escuela de virtudes; por eso tú eres la patrona de las familias. Tú conoces las dificultades, los problemas y las angustias de mi hogar. Por eso lo confió a tu amparo y protección. Te pido Virgencita, que alejes de nuestro hogar las incomprensiones, los resentimientos, las discordias, y que reine la paz y la armonía, para que podamos vivir mejor nuestra vida cristiana y dar el ejemplo a los demás.
Virgen de la Peña, con tu fe y tu amor hiciste de tu corazón un altar y un santuario. Te prometo que yo también me esforzare para hacer de mi casa un santuario domestico, alejando a ella del pecado, viviendo en la gracia de Dios y ofreciendo juntos nuestra oración diaria. La familia que reza unida, vive unida y la bendice Dios.
Virgen de la Peña, tu vida humilde, pobre y laboriosa es semejante a la mía. Como tu santificaste los quehaceres de la casa y las penalidades de la vida, ofreciéndolo todo al señor y empapándolo de oración, así yo también me comprometo a santificar las tareas diarias a través de mi recta intención y de mi corazón. Te pido Virgencita, que no falte nunca el pan material sobre nuestra mesa familiar y, sobre todo, que no nos falte nunca el pan espiritual de la gracia de Dios.






La Versión Franciscana del origen de la Virgen de la Peña
El Padre Migliori, Misionero Franciscano con sede en Tartagal y encargado del culto a la Virgen de la Peña, ha tomado la versión de la zona infestada de bandoleros a los que la Virgen se le aparece señalando con una mano al Niño Jesús y pidiéndole que lo respeten y no lo ofendan con sus crímenes. Se supone que desde el 1800 era zona de cuatreros y que hay antiguas referencias a la Virgen, ya conocida en Perú, y en Tarija (Misiones) hay documentos que hablan de ella aproximadamente desde el año 1904.
Se estima que la devoción comenzó entre 1907 y 1908. En la estampa editada de la Virgen se cuenta que, "A principios del siglo XX vivía en la Quebrada de Yariguarenda una virtuosa mujer, doña Romualda Burgos, viuda de Meriles. Una tarde, mientras la señora se hallaba en su patio con familiares y hacheros saboreando unos mates, de improviso dirigió su mirada hacia la Sierra de San Antonio y como embelezada lanzo una exclamación: "¡Miren!, miren…, ¿la ven?... ¡Que hermosa esta la Virgen con su Niño Jesús en brazos!… la ven?... miren… miren… ¡Que hermosa esta la Virgen con su Niño Jesús!… Así exclamando, no se cansaba indicando con su dedo el lugar de la visión". Pero sus compañeros no la vieron. Aunque desde ese día se repartió la noticia y unos años mas tarde visito el lugar el Padre Borghini, sellando con su presencia la devoción de Nuestra Señora de la Peña.
La Visión
Ver la imagen de la Virgen en el peñasco es cuestión de fé, ya que no a todos Dios les concede la misma gracia o porque no todos tenemos la misma disposición para poder comunicarnos con el cielo. Muchos de los promesantes y devotos, ven la imagen de la Virgen en la laja del cerro.
El Culto
Después de quedar reconocida la aparición de la Virgen en Yariguarenda, se coloco una pequeña capilla en la base del cerro, que se incendio varias veces por efecto de las velas. La primera imagen en yeso de la Virgen de la Peña encargada por el Padre Félix Bucciaferri (misionero que vivió en Tartagal desde el año 1936 al año 1955) fue realizada por el ingeniero Helguera. La imagen fue tallada por intuición, es decir, como uno se imaginaba que era.
El culto se reactiva institucionalmente a partir de 1972, en el que el Padre Migliori toma el Santuario a su cuidado. Todos los domingos se reza misa en la capilla y se realizan peregrinaciones para la fiesta del 8 de diciembre y el tercer domingo de agosto (fecha patronal). Se han creado oraciones especiales en honor a la Virgen, como la del Padre Oliviero Pellicelli. Con las ofrendas de dinero y otras ayudas al misionero, se continúa la obra de mejoramiento del santuario.


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