Mensaje del Curso Taller de la 1º semana
Como familia franciscana nos reunimos 23 hermanos en el 33º curso-taller de espiritualidad, para conversar y reflexionar juntos acerca de cómo vivimos y comprendemos cotidianamente la libertad y la verdad en nuestra evangelización. Nos dimos cuenta que, a la luz del pensamiento que se desarrolló a partir de la intuición original de nuestro hermano Francisco de Asís, necesitamos cambiar nuestras estructuras personales, fraternas y sociales. A esta conclusión llegamos con la ayuda del pensamiento del beato fray Juan Duns Escoto, presentado por fray Marcelo Cisneros, rector del Instituto Teológico Franciscano (ITF), con quien pudimos descubrir nuevos matices y contrastes entre la mirada aristotélico tomista que prevalece en nuestros ambientes y la mirada franciscana.
Una vez más tuvimos la oportunidad de recibir la buena noticia de que Dios es Amor que con total libertad nos ha creado y nos sigue creando. Y aunque podríamos no haber sido, o haber sido de otra manera, o dejar de ser (en eso consiste la “contingencia”), de él hemos recibido y seguimos recibiendo nuestra existencia; esto, para quienes participamos de este curso, es motivo de una más alegre y esperanzada acción de gracias al Dios de la Vida que nos amó primero.
Los seres humanos somos imagen y semejanza de Dios, ante todo por nuestra libertad, que hemos recibido como regalo de Él, y que vamos ejercitando en la historia, que es el escenario en el que se va manifestando la verdad.
Hemos llegado a la comprensión que el pecado consiste en la apropiación (cfr. Adm 2), en ignorar y acallar la libertad. A lo largo de la historia, luchar por conseguir la libertad (que en realidad tenemos desde un principio) ha sembrado más violencia y muerte. También hubo y hay, en nuestras personas, comunidades, instituciones, muchos reparos y miedos a la libertad, porque se la pretende enmarcar dentro de una “supuesta” verdad hegemónica, impuesta como “única”, estática y garante de seguridad, victimizando personas, pueblos, culturas y naturaleza.
Nuestra conversión y, en gran medida, nuestro servicio evangelizador, ha de consistir en ser ayudados y ayudar a “liberar la libertad”, en su amplia gama de posibilidades. Asumimos que nuestra felicidad se juega en potenciar nuestra voluntad / libertad en la búsqueda de la voluntad / libertad de Dios, que impulsa en la historia la armonía entre “lo uno” y “lo múltiple”. San Francisco de Asís, Adm 2. El mal de la voluntad propia
Dijo el Señor a Adán: Come de todos los árboles del paraíso, pero no comas del árbol del conocimiento del bien y del mal (cf. Gén 2,16 - 17). Podía comer de todo árbol del paraíso porque, mientras no desobedeció, no pecó. Pues come del árbol del conocimiento del bien el que se apropia de su voluntad y presume del bien que el Señor dice o hace en él; y de ese modo, por sugestión del diablo y por la trasgresión del mandamiento, lo que comió se convirtió en el fruto del conocimiento del mal. Por eso conviene que cargue con la pena.
A partir de estas consideraciones, queremos proponer a nuestra familia franciscana:
. Aceptar la invitación de Jesús a ser “adoradores en espíritu y en verdad” (cfr. Juan 4), “restituyendo” a Dios nuestra interioridad e historia.
. Hacernos “samaritanamente prójimos” (cfr. Lucas 10, 25 ss) de cada creatura sufrida y empobrecida para, con ellos, liberar y ejercer nuestra libertad, que contribuya a construír una sociedad más justa, igualitaria y plural.
. Dar continuidad a este espacio de formación y reflexión sobre el pensamiento franciscano, para protagonizar la historia desde nuestra identidad, haciéndolo extensivo en nuestros ambientes, favoreciendo económicamente la participación de los hermanos más alejados y con menos recursos.
. Participar concretamente y a largo plazo del Centro Franciscano, mediante la comunicación e intercambio de iniciativas de forma recíproca.
. Fomentar la regionalización de actividades formativas, evangelizadoras, ecológicas, celebrativas, que potencien la vida y misión de la familia franciscana.
Movidos por el deseo de vivir agradecidos por la vida que nos ha regalado el Señor, nos comprometemos en la oración y en la acción, más lúcidas y decididas, a favor de los hermanos de Haití y de todos los que reclaman una vida más digna, prestando oídos a nuestro hermano Francisco: “Comencemos, hermanos, a servir al Señor”.
3 comentarios:
BUENISIMAS DANTE MIL GRACIAS FRANCISCO JUAN
paz y bien!!1 Amigos en el señor!! Demos a gracias por la semana intensas del curso y por cada Hnos/as que hemos participado. Por asumimos la misión de ser portadores de la buena nueva. gracias a todos
Gracias por compartir las fotos del curso, me hicieron revivir la hermosa semana vivida tan fraternalmente, paz y bien! para todos y cada un@!
Andrea,fmic desde Córdoba
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